• Reforma política, derechos humanos, productividad
• Tres pruebas de ácido del presidente Peña Nieto
El presidente Enrique Peña Nieto y su equipo anduvieron muy activos este lunes, lanzando verba a diestra y siniestra. El presidente y sus secretarios de Hacienda y Trabajo, Luis Videgaray Caso y Alfonso Navarrete Prida, en la instalación del Comité Nacional de Productividad, y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en la instalación de la mesa para la reforma política en el Pacto por México, y en la sesión ordinaria de la Comisión Política Gubernamental en materia de Derechos Humanos. Todos, prodigando discursos, palabras en torno a la reforma política, los derechos humanos y a la productividad.
Si en la reforma los legisladores incluyeran un artículo a la Constitución, que abra el camino para que los electores sean quienes premien o castiguen a sus gobernantes, incluyendo al presidente de la república, se habría avanzado una enormidad. La revocación del mandato sería un acicate para que los empleados públicos se esmeraran más en cumplir al pie de la letra con el mandato del pueblo. Si no lo cumplen, el pueblo tendría el derecho legal de destituirlos y poner a otro empleado que garantizara los derechos de los electores.
El tema de los derechos humanos es más sensible, pero va atado con el de la reforma política. Ayer lunes arrancó la elaboración del Plan Nacional que deberá estar este mismo año. Se reunió la Comisión Política Gubernamental en la materia. Los derechos humanos son una bandera del gobierno de Peña nieto. Pero deben dejar de ser política de Gobierno para convertirse en política de Estado, como lo aseguró Osorio Chong. Para ello es fundamental la participación de la sociedad civil, porque el Plan Nacional de Derechos Humanos puede crear precedente. Sus lineamientos, conceptos, bases y objetivos serán norma a la que deberán atenerse los empleados públicos para respetar.
Hasta ahora, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y cuanta comisión defensora opera en el país continúan recibiendo denuncias, que quedan en la impunidad no obstante que México cuenta con uno de los sistemas de defensa y protección en la materia más sólido del mundo, y un nuevo sistema de justicia penal y existe en el discurso oficial la declaración de que se tiene que pasar de las acciones reactivas a un ejercicio activo en la construcción de política pública.
Y fue día de advertencias. Peña Nieto, hablando ante académicos, líderes obreros y empresarios, advirtió que la pobreza sólo se abatirá con mayor productividad en la economía. Lo dijo en Los Pinos, en la instalación del Comité Nacional de la Productividad en el que participan cinco organizaciones sindicales, cinco empresariales, el director del Conacyt, cuatro de instituciones de educación superior, uno de media superior, los secretarios de Trabajo, Economía y Educación, y estará presidido por el secretario de Hacienda.
El Comité se encargará de la definición de objetivos metas, estrategias, acciones y prioridades en materia de productividad y generación de empleos, a partir de que las tasas de productividad de México están por debajo del promedio de los países de la OCDE. En los últimos 30 años se ha mantenido estancada, generando una dolorosa desigualdad, por lo que Peña Nieto dice estar dispuesto a democratizar la productividad.
Tres tareas muy difíciles de hacer y, más aún, de concretar, pero que Peña Nieto tiene que enfrentar. Son retos que, si no los asume y concreta, pasará a la historia como uno más.
fgomezmaza@analisisafondo.com
www.analisisafondo.com