La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El efecto boomerang de los macanazos vendrá como voto de castigo
La tropical cachaza de Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz (primera presunción), es de no concebir. Resulta que después de la paliza que los jenízaros de Seguridad Pública, pegaron a un grupo de docentes, para el ‘góber sabadaba’ todo fue conforme a derecho.
Así, sin aspavientos, el otrora luchador social (segunda presunción), legitima la represión, al afirmar que la actuación de la policía ‘fue muy apegada a protocolos’.
Los videos de la escena son categóricos: hubo exceso de fuerza, esposaron a varios docentes al ‘estilo americano’, tirados boca abajo y con las manos sobre la espalda, pero el colmo, fue la frase espetada por uno de los ‘gorilas’ a un reportero: ‘te vamos a levantar y te vamos a madrear en San José.
No obstante, a Cuitláhuac todo se le resbala, vive en su zona de confort, negando el principio de realidad. Ante la evidencia escapa.
Pero, para confirmar que el violento desalojo encendió las alarmas ante la cercanía de la jornada electoral, a las pocas horas de que se detuvo a los maestros, Zenyazen Escobar, titular de la secretaría de Educación (tercera presunción), se presentó en las mazmorras de San José para que soltaran a los sindicalistas, entonces ¿no qué todo fue conforme a la ley?
Por más que le den vueltas, la torpe decisión de vapulear y sobajar a integrantes del gremio educativo, caló hondo, muy hondo en Xalapa, ciudad que acunó la más grande Reforma Educativa de la que se tenga memoria y en la que, una de sus principales avenidas, se llama, justamente, Maestros Veracruzanos.
Por más que quieran hacer control de daños, no podrán rescatar al soldado Ahued.