La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Aquello de que: ‘en el mar la vida es más sabrosa’, es una verdad axiomática
Claudia Sheinbaum y Cuitláhuac García, son hechura del presidente López Obrador, sin embargo, a pesar de ello, no son iguales y no se trata de una cuestión de género o clase.
En cualquier sentido, la formación político-administrativa-académica de la doña es infinitamente superior a la del góber ‘sabadaba’, de entrada, sabe hablar de ‘corridito’ y su capacidad de abstracción es (muy) superior. Basta escucharlos en algún video.
La jefa de Gobierno se formó en el Consejo Estudiantil Universitario, aquel histórico movimiento que cimbró la UNAM a finales de los años ochenta, el Cuit era animador (literal), en los mítines del PRD en la región de Xalapa.
La ex esposa de Carlos Imaz tiene derecho de picaporte con YSQ, es parte de la familia y es considerada como posible abanderada de MORENA para la presidencia en 2024, el veracruzano tiene tan pésima aceptación, que es ‘zopiloteado’ un día sí y otro también.
No sobra decir que, en la capital del país, se aplican políticas públicas de vanguardia, mientras que en la vereda tropical todo se hace, por decir lo menos, al ‘chilazo’.
En dichos contextos, ambos mandatarios enfrentaron la prueba de la pasada jornada electoral, la doctora tuvo a su servicio los mejores operadores por encargo del patrón, acá en la aldea, el doctor fue sutilmente relegado, otros diseñaron y aplicaron la estrategia.
Previo al Día D, la 4T jarocha tenía un panorama sombrío, pero la noche del domingo todo cambió, entregaron cuentas de 16 de 20 diputaciones federales ganadas y 26 de 30 locales, en CDMX fueron 12 de 24 federales y 19 de 33 locales.
Preguntamos: ¿a quién reprobaron los electores del altiplano? ¿A la Sheinbaum o a AMLO? ¿A quién aprobaron los electores en Veracruz? ¿A Cuitláhuac o al Tlatoani?
Y, por favor, no consideren que son cuestionamientos tontos.