Otra muestra de cómo a los mexicanos nos cuesta cada vez más creer en nuestras instituciones, es la información datada por el Servicio Sismológico Nacional (SSN) del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), respecto al sismo ocurrido en las primeras horas del día de ayer, domingo.
El SSN reportó un sismo de magnitud 5.8, localizado en las cercanías de Huitzuco, en el estado de Guerrero. Mismo que ocurrió a las 00:19 horas y que se percibió en varias zonas de la Ciudad de México y del mismo estado guerrerense.
Las especificaciones de coordenadas de localización, de profundidad y otras, no son de interés práctico para la mayoría de quienes recienten un sismo. Pues entre el grueso de los afectados se habla de si fue fuerte o no, si duró poco o cuánto y la sensación de movimiento del mismo. Abona a la descripción racional y no científica de un movimiento telúrico, los daños o pérdidas.
El caso es que luego de manifestarse el sismo de ayer en los primeros minutos del día, se habló mucho de que la magnitud reportada por el sismológico no correspondía con lo que se sintió y deviene de ahí un descrédito más para quienes nos gobiernan, administran y hasta nos informan.
En lo personal, no creo que el SSN de la UNAM tuviera razón para falsear la información que describa un suceso real, a menos claro que como en todo y como siempre, se tuviera un mandato específico para no divulgar información fehaciente en cuanto a la infinidad de sismos que se recienten no sólo en el Distrito Federal, sino en el territorio cada vez más extendido de la llamada Zona Metropolitana de la Ciudad de México.
Y como en una gran cantidad de situaciones, resumiría a ser proactivos más allá de si creemos o no en nuestras autoridades y esto se trata de nueva cuenta de educación.
De verdad pregunto: Si sabemos que vivimos en una zona telúrica de alto riesgo. ¿Cuántos de nosotros estamos preparados a trascender a un sismo devastador?
Es más que necesario saber qué hacer verdaderamente en caso de que las paredes del inmueble en el que estemos empiecen a resquebrajarse. Y claro, toral contar con elementos que prolonguen nuestra vida o ayude a su rescate tras un movimiento de la tierra casi aniquilador.
Entre creer o no creer en nuestros gobiernos y administradores, hay un gran techo entre lo que hacemos y no realizamos en lo individual.
Una tesis probada de manera universal: La Tierra se mueve independientemente de sus gobiernos y respectivos gobernados.
Acta Divina…“Todo sin novedad” tras sismo, reporta el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.
Para advertir… Sentir y no creer, puede ser la cuestión.
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