Cicuta
Jaime Flores Martínez
Energéticamente encumbrado por el respaldo del canciller de México Marcelo Ebrard Casaubon, el actual dirigente nacional de MORENA Mario Delgado Carrillo anda tan crecido que hasta siente que trae a Dios de las orejas.
¡Promueve a Marcelo para que sea el próximo presidente!
Hay quien dice que don Mario se mostró burlón al asistir a la toma de posesión de la gobernadora de Baja California Marina del Pilar Ávila Olmeda.
Testigos del hecho revelan que Delgado sonrió sarcástico luego que alguien le preguntó “si no extrañaba a Jaime Bonilla Valdez” (Bonilla y Delgado no pueden verse ni en caricatura).
Otra persona que buscó distraer la atención, aseguró que esa sonrisa irónica era precisamente de optimismo ante el arribo de su ahijada Marina a la gubernatura.
La mayoría supone que la gobernadora Ávila notificó a Delgado que Jaime Bonilla no asistiría al evento.
Entonces podría asistir absolutamente relajado.
Y es que antes de concluir su gestión, Bonilla se había encargado de machacar sus diferencias con Mario Delgado y de reiterar su desacuerdo con su sucesora.
En una severa crítica a la composición del gabinete de Marina, lo calificó de “gobierno de coalición”, pues quienes lo integran mayormente tienen perfil panista.
De regreso al tema de Mario Delgado, este último está abiertamente distanciado con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El dirigente de MORENA ha sido incapaz de mesurar el desgaste de ese partido y el presidente ha tenido que batallar para evitarlo.
Resulta entendible que para AMLO, Mario Delgado debía poner más atención en garantizar más éxitos de MORENA que en apoyar a unos y conflictuarse con otros.
Mientras este hombre agita los sótanos para promover a Ebrard, no le importa que crezcan las diferencias con personajes como Jaime Bonilla, quien dicho sea de paso es amigo del presidente.
Sin detenerse a suponer que Bonilla podría ocupar un espacio importante en el gabinete presidencial, este hombre comete un error garrafal al sentirse omnipotente.
Positivo
Qué bueno que los habitantes de la frontera norte de México podrán retomar su costumbre de cruzar la frontera hacia Estados Unidos para asuntos considerados por nuestros vecinos como “no esenciales”.
Si bien el gobierno del país del norte cerró la frontera desde marzo del año pasado para personas que realizan ingresos “no esenciales” para la mayoría de los fronterizos resulta “esencial” ver a su familia.
Si bien realizar compras no es necesariamente esencial, lo es ver a sus familiares.
Habrá que decir que son hartos los mexicanos que trabajan en suelo gringo y para ellos también es esencial.
Después de 20 meses se reabre la frontera y la interacción regresa.
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