Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George
Los mitos extravagantes, el repertorio falaz de arengas, han sido utilizados como verdaderas armas de destrucción masiva contra la razón colectiva, han rebajado la moral pública hasta el grado de convertirla en simple comparsa de vaciedades, consignas insulsas contra el sentido común.
Para los estudiosos de la semántica y la retórica, la tautología es una afirmación redundante, pero para los efectos políticos, es una manera de pervertir la tabla de la verdad. Los mexicanos somos expertos en esta materia.
Decía Alfonso Reyes que ” el mexicano tiene deberes específicos. El primero de ellos es expresar lo nuestro, buscar el alma nacional. Ardua tarea pues expresarlo equivale a tener fidelidad en el lenguaje, al pueblo y a la tradición. Hoy no honramos a nada, y traicionamos todo lo demás “.
Pero, tengamos mucho cuidado con la arenga de la última esperanza: “por el bien de todos, primero los pobres”. Nadie dice que no contenga una afirmación cierta y espeluznante. Lo que pasa es que nadie la ha explicado con peras y manzanas.
Repartir el presupuesto es relativamente fácil. Lo difícil es repartir el bienestar y la riqueza por vías no presupuestales. Esto es tarea de revolucionarios, no de publicistas. La gran tarea del escenario mexicano es el cambio de modelo del desarrollo, para no volver a fallar.
Para no engrosar el catálogo de arengas chuscas, el llegar primero a los pobres no quiere decir mandarles el dinero en tarjetas de Bansefi. Quiere decir que los programas agropecuarios reciban toda la atención y los flujos para elevar productividad y competitividad, producir los excedentes que se destinen al sector industrial y al de servicios para generar los empleos dignos y suficientes que apalanquen el mercado interno y el desarrollo nacional.
Todo lo demás, son predicas falaces. No es por allí.