La gran mayoría de los gobernados de los Estados Unidos Mexicanos no salimos de nuestro asombro al verificar día con día que el presidente que nos gobierna ha perdido totalmente el rumbo y con absoluto desprecio de principios fundamentales de nuestro Pacto Federal, violenta el estado de derecho, del que debiera ser aguerrido defensor.
Quién se considera ser un pilar fundamental de la Cuarta Transformación de la Nación, con su manera surrealista de encauzar sus actos de gobierno, no sabe o no quiere saber que en nuestra Constitución Política existe un precepto, que ordena que la justicia debe ser pronta.
Pero ello no le importa.
El tristemente célebre gobernante cuenta entre sus más cercanos colaboradores a inculto y sumiso jurista que funge como Fiscal General de la República, de nombre Alejandro Gertz Manero, el cual ejerce funciones que avergonzaría al propio Mario Moreno “Cantinflas”, con una institución dialécticamente agrupada para proteger a la delincuencia del poder, con especial mención a la narcopolítica, que con mano fina la encubre, arropa, protege, permite, mereciendo con ello pasar a la historia negra de la Cuarta Transformación de la República.
Éste Presidente de la Nación rompe todos los principios de división de poderes, invade estrepitosamente el ámbito jurisdiccional del Poder Judicial Federal, así como el de la institución del ministerio público federal, que consagra el dispositivo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Las hoy oscuras instituciones denominadas Presidencia de la República y Fiscalía General de la Nación deberían haber iniciado sus importantes funciones exigiendo una justicia eficaz, transparente, decente, pronta, condición sine qua non para poder fortalecer nuestro estado de derecho, de conformidad con la letra y espíritu de nuestro Pacto Federal.
Dado lo expuesto, el inefable Fiscal resulta ser, como hasta ahora lo ha sido, un permanente responsable del delito de omisión al cumplimiento del deber por indebidamente proteger a la narcopolítica en beneficio quizá de su economía y la de otros.
Andrés Manuel López Obrador, que al protestar el cargo que detenta, juró respetar y hacer respetar la Constitución General de la República, y las leyes que de ella emanen, es el primero en violentarla con el consiguiente escandalo jurídico y político.
La Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C., conjuntamente con el Foro Independiente de la República y todas las togas que conocen de éstos menesteres, han pedido el cese de las inmundicias de Alejandro Gertz Manero.
El señor Presidente de los Estados Unidos Mexicanos opta por no dejar sin trabajo a su protegido y elegido por su sumisión y seguramente por esto presiona para que dicho funcionario pase a la historia negra de la justicia.
Con ésta singular maniobra se protege a la delincuencia del poder, lo que resulta en congruencia con su singular manera de gobernar.
Las acciones populistas, elitistas y antijurídicas de ambos son aplaudidas a rabiar por los corifeos de su mandato y quienes viven de las substanciales ganancias del narcotráfico que manirroto reparte con prodigalidad a todo aquél que quiera un puesto de elección popular.
Pobre México. Nunca en su historia ha tenido un gobernante tan especial, ha tenido un Fiscal tan controvertido.
Es cuanto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Academia de Derecho Penal del
Colegio de Abogados de México, A.C.,