* ¿Ha pensado la diversificada oposición, en preterir sus intereses para construir un proyecto que fortalezca la identidad nacional, la idea de patria, el sentido de pertenencia entre los mexicanos, y sólo entonces, cual Diógenes, buscar el nombre que tenga la capacidad para impulsar el proyecto que nos dé lo que no existe desde el Jolopo?
* La desestructuración de las instituciones favorece actitudes como la del gobernador de Veracruz, el Cuitláhuac ese, que junto con el proceder del diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna muestran la ignorancia de los principios fundamentales
Gregorio Ortega Molina
¿Alguien recuerda el motivo -quizá el principal- de que Luis Echeverría sacará a Jesús Reyes Heroles del PRI? ¿Qué vio, le dijeron o sintió el Jolopo, para afirmar que fue el último presidente de la Revolución?
La transformación ideológica del PRI, la reorientación del proyecto económico del Estado, el adelgazamiento de sus activos, ¿formaron parte de un nuevo proyecto de nación iniciado con Miguel de la Madrid, continuado por Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, tuvieron como propósito un innovador modelo de gobierno -económico e ideológico-, para sustituir al plasmado en la Constitución del 17, que, no olvidemos, facilitó el “milagro mexicano” y la creación del Estado de bienestar?
Vayamos por partes. Jesús Reyes Heroles propuso asumir una actitud lógica que diera continuidad al proyecto de nación: “Primero el plan, luego el hombre”. El siguiente en hacerlo, de manera distinta y con casi diez lustros de distancia, fue Manlio Fabio Beltrones. Su candidatura para 2012 -que no fue- propuso sustentarse en la reforma del Estado. Eso descarriló su proyecto y legítima ambición, porque los poderes fácticos, quienes gobiernan, quienes integran esa parte oscura que puede considerarse un narco-Estado, se oponen al cambio.
Digámoslo con todas sus letras, este gobierno de Andrés Manuel, que desea se emblematice como el de la 4T, es un galimatías, no ata ni desata, deja a los mexicanos a medio camino entre un regreso al pasado o un estancamiento prolongado por ir contra los intereses personales de quien mangonea y también porque afecta los compromisos adquiridos con quienes contribuyeron a sentarlo en la silla del águila.
La realidad es que México carece de proyecto de nación desde que el PRI abdicó a preservar y dar continuidad al surgido de la Revolución. En ese instante se desdibujó como partido y se doblegó para servir a los transitorios intereses de MMH a EPN, porque nada consolidaron y nada propusieron desde el punto de vista ideológico, programático y partidista. Fueron en contra de las convicciones con las cuales se formaron en la educación proporcionada por el Estado. Es posible que el discurso de Luis Donaldo Colosio del Monumento a la Revolución, los asustara.
Hoy, el panorama electoral para 2024 se anuncia del nabo. Gobierno y oposición andan tras el nombre providencial que transforme las boletas electorales en garantía de triunfo para ellos y sus prosélitos. Estamos jodidos, no abundan los seres humanos que puedan emular a Ángela Merkel o a Charles de Gaulle… en México, por el momento, la inteligencia no abunda, y por ello están interesados en la demolición estructural de las instituciones de educación superior. El interés es que todo vaya para peor.
¿Ha pensado la diversificada oposición, en preterir sus intereses para construir un proyecto que fortalezca la identidad nacional, la idea de patria, el sentido de pertenencia entre los mexicanos, y sólo entonces, cual Diógenes, buscar el nombre que tenga la capacidad para impulsar el proyecto que nos dé lo que no existe desde el Jolopo?
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La desestructuración de las instituciones favorece actitudes como la del gobernador de Veracruz, el Cuitláhuac ese, que junto con el proceder del diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna muestran la ignorancia de los principios fundamentales.
En su texto para El Universal, del 9 de junio de 1998, José López Portillo recuperó para nosotros el sentimiento sexto de Los sentimientos de la Nación: “Como una ley es superior a todo hombre, las que dicta nuestro Congreso deben ser tales que dicten a la constancia y el patriotismo”.
Si disentir hoy te puede costar la libertad e incluso la vida, ¿qué debemos esperar para mañana, cuando únicamente valga la voluntad de Andrés Manuel. ¿Estamos a tiempo? ¿Quién lo sabe?
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@OrtegaGregorio