* El juicio en España deberá ser “ventilado” en redes sociales y en los medios de comunicación, porque su resultado modificará la conducta de los feligreses con sus párrocos y obispos, con la esencia de su fe, y así como desaparecieron la Inquisición, hoy desaparezcan ese celibato que ya nada tiene que ver con la realidad económica de la Iglesia
Gregorio Ortega Molina
¿Cuántos conceptos y supuestos paradigmas dejaron de serlo al irrumpir en la vida diaria la Revolución Cibernética, cuando los clic sustituyeron las caricias, los abrazos y también las mentadas? ¿Cuántos más se modificarán en los próximos meses y años? ¿Cuántos otros nos negamos a asimilar, a pesar de estar entre nosotros y en la vida diaria?
Pero además se espera que ante los efectos del confinamiento sanitario, las consecuencias económicas (todavía incalculables e impredecibles) de la pandemia, sumadas al reordenamiento social precipitado por el populismo en diversas naciones, y por la desbordada migración, los integrantes de las sociedades modifiquemos valores éticos y morales, asumamos actitudes nuevas y, lo más difícil quizá, transformemos nuestros hábitos familiares, de trabajo, de comercio, sobre todo en nuestra relación con la autoridad, bajo riesgo de vernos barridos por las costumbres de los que llegan a mandar y se adueñan de las instituciones, sea para preservarlas y ennoblecerlas, o para destruirlas.
¿Contamos con las aptitudes necesarias para, en poco tiempo, ser otros? Sólo el tiempo abrirá para nuestros hijos lo que les depara el futuro inmediato. ¿Por dónde han de iniciarse las modificaciones en hábitos y paradigmas, en valores éticos y morales?
Desconozco lo que ha de hacerse o lo que se espera de las religiones de Oriente. Imposible saber si el islamismo radical continuará amparado en ese terrorismo que a nada conduce sino al miedo, y éste lleva, sin remedio, a la muerte de las sociedades por parálisis.
El catolicismo, que se autoproclama iglesia universal, tiene el deber de ofrecer respuestas, sobre todo en esas áreas grises en las que los supuestos valores que impulsaron decisiones, nunca fueron de fundamento de fe, sino jurídicas, económicas y políticas.
Lo que hoy sucede en España con el juicio que harán las autoridades civiles a los sacerdotes pederastas, debe abrirnos los ojos e indicarnos que el asunto del celibato no resiste, porque desde el punto de vista normativo, las razones que lo impusieron pueden normarse de manera jurídica en lo civil y en el derecho canónico, para que los bienes de la Iglesia permanezcan en ella, y aquellos que ya son propiedad del Estado puedan continuar en usufructo del fomento de la fe, pero sobre todo de la convivencia pacífica.
No debemos hacer a un lado esta verdad: la iglesia vaticana tiene su vertiente financiera, supuestamente hace negocio dentro de los parámetros éticos y morales que le imponen su cristianismo, pues de otra manera no podrá auspiciar la catequesis, para que de verdad satisfaga esa ilusión de universalidad.
El juicio en España deberá ser “ventilado” en redes sociales y en los medios de comunicación, porque su resultado modificará la conducta de los feligreses con sus párrocos y obispos, con la esencia de su fe, y así como desaparecieron la Inquisición, hoy desaparezcan ese celibato que ya nada tiene que ver con la realidad económica de la Iglesia.
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