La Revolución Mexicana, representa un cumulo inagotable de historias que siguen vigentes hoy después de una centuria. Este rico legado no solo forma parte de la identidad y memoria histórica de nuestra nación, sino de su imaginario, de su crónica y cultura popular. Todo este bagaje nos permite comprender el devenir político y social del país a lo largo del trascendente siglo XX.
La furia de la revolución se puede sintetizar en aquella frase profética de Porfirio Díaz en torno a su caída y en la cual aseveró “Madero sacó al tigre de la jaula…” Cuando el tigre salió de la jaula, el país se incendió a lo largo y ancho de su geografía y probablemente los estados que más padecieron ese embate fueron Chihuahua y Morelos donde Villa y Zapata tuvieron respectivamente sus principales centros de operaciones. En el caso de Zapata, lo cubre el blasón de que la lucha de los hombres e indígenas del campo, estos últimos nombraron al Caudillo del Sur su Calpuleque o líder, es considerada por muchos la más pura y legitima del movimiento armado. lo anterior no ha exentado a Emiliano de la polémica que esgrimen sus detractores al hacer referencia a los actos de violencia de los miembros del Ejército Libertador del Sur o bien a hechos como el que se atribuye al zapatismo la destrucción de la industria azucarera en el Estado de Morelos. Sea como sea, hoy Emiliano Zapata es el icono morelense por antonomasia, su figura es indisoluble a la identidad de los Morelenses, su nombre cubre calles, escuelas, asociaciones civiles, agrupaciones políticas y la histórica y antigua población de San Vicente Zacualpan hoy es el municipio de Emiliano Zapata, la iconografía popular hoy cuenta por cientos o miles las efigies del Caudillo plasmadas en bardas, carteles, murales, afiches, e incluso hace no mucho la silueta del general suriano estaba presente en las matrículas de los automóviles registrados en Morelos.
La figura del recio revolucionario nativo de Anenecuilco ha traspasado los límites estatales y se encuentra en todo el país, como si lo anterior no fuera suficiente, su nombre fue usado para abanderar el movimiento indígena de Chiapas que estalló en 1994 y hoy por hoy Emiliano Zapata es la figura mexicana más conocida en el mundo, su presencia va desde monumentos en La Habana hasta un escuadrón de Eurofighters de la Luftwaffe Alemana denominado “Viva Zapata” que llevan la imagen del Caudillo en los fuselajes de sus naves.
A todo lo anterior se añade evidentemente la historia y trayectoria del Caudillo, ampliamente difundida, y que sigue siendo motivo de fascinación para propios y extraños tanto en las obras de rigor histórico, las investigaciones académicas, las crónicas, la novela histórica, el cine, el teatro, el arte contemporáneo y popular. Capitulo central en todo esto, son las jornadas que estriban alrededor su muerte, traición para sus apologistas y legitimo ardid de guerra para sus detractores. Aquí es donde surge la polémica de nueva cuenta, y no solo por dirimir si fue traición o ardid, algo que siempre enfrentará posiciones encontradas, sino por el derrotero que siguieron varios de los actores que participaron en la muerte de Zapata el 10 de abril de 1919 en la Hacienda de Chinameca. No me refiero en este momento a la figura del Coronel Jesús Guajardo, análisis que merece páginas aparte, sino a varios de sus hombres a los cuales asombrosamente participar en la muerte de Zapata no les representó ningún inconveniente en el México de la Revolución unificada. Habrá quien pueda aseverar, no sin razón, que estos hombres pertenecieron al bando triunfador, y ello se puede conceder en el escenario nacional, pero es inconcebible que uno de ellos haya sido Gobernador de Morelos, bastión zapatista hasta nuestros días.
En concreto hago referencia a dos elementos que pertenecieron al 50 Regimiento de Caballería, unidad de elite al mando de Guajardo el 10 de abril de 1919 y que concurrieron a Chinameca. Rodolfo Sánchez Taboada, quien supo mantenerse después de la muerte de Carranza en el bando vencedor y llegó a ser General, Jefe Político de Baja California, Presidente Nacional del PRI y Secretario de Marina, se dice incluso que Sánchez Taboada, Teniente Coronel el 10 de abril de 1919, dio el tiro de gracia a Zapata. En el caso de Sánchez Taboada su participación en Chinameca no es extraordinaria porque ningún vínculo lo unió nunca a Morelos, salvo la hipocresía de abrazar a campesinos en los actos alusivos a la CNC o a la efeméride del 10 de abril cuando fue presidente del PRI.
Sin embargo, lo que sí es asombroso, y aunque Usted no lo crea, es que otro de los miembros del 50 Regimiento de Caballería haya llegado a ser Gobernador de Morelos, tierra y bastión del Caudillo del Sur y del Agrarismo en México. Norberto López Avelar, subalterno de Sánchez Taboada en el 50 Regimiento de Caballería, fue de origen federal, y se distinguió combatiendo al zapatismo, después pasó al Ejército Constitucionalista y fue uno de los oficiales que hicieron fuego sobre Zapata en Chinameca. Al amparo de su antiguo jefe que llegó a Presiente del PRI, hizo carrera en la política, Sánchez Taboada lo promovió a Senador y luego a Gobernador de Morelos entre 1958 y 1964 sin más mérito que la cercanía.
Si bien el Presidente Cárdenas promovió la unidad revolucionaria y la concordia, siempre hay límites, por ejemplo, nunca se hubiera concebido a un general villista como gobernador de Sonora, pero en Morelos ocurrió lo inimaginable, aun en México país de imposible explicación en muchos casos, y uno de los victimarios de Zapata llegó a gobernador del estado.
Existen fotografías en la mediateca del INAH, donde se aprecia a López Avelar en actos junto a Josefa Espejo, la más mediática de las viudas de Zapata o bien presidiendo el 50 aniversario del Plan de Ayala ¡ni a Shakespeare se le hubiera ocurrido!
Hace no mucho platique lo anterior con Lina, nieta del General Zapata, por la línea de Petra Portillo, la más bella de las mujeres del Caudillo y con quien procreó a Ana quien fue muy querida en Morelos. Lina entonces me contó una anécdota sobre su madre Ana, a quien en una ocasión López Avelar, incomodo pretendió darle una excusa sobre su actuación en Chinameca, entonces Ana con aplomo le respondió: “No me dé explicaciones Gobernador, Usted es militar y cumplió órdenes”
La escena no solo da cuenta de la integridad de Ana Zapata Portillo y sus hijos, sino fue una lección de dignidad al hecho de que López Avelar haya sido Gobernador de Morelos.