*¿Qué ocurrirá con Jack y Piggy si el dinero de las remesas se detiene por trámites administrativos, o se reduce en cantidad, o de plano cesa? ¿Cuánto nos costaría en paz social, en seguridad pública, en dependencia de los dólares negros del narco?
Gregorio Ortega Molina
¿Es motivo de orgullo que los migrantes -legales y no tanto- rompan el récord de remesas mensualmente? ¿Qué ha hecho esta 4T y qué hicieron los gobiernos anteriores, para que esa riqueza se produjera en territorio nacional y tributase al SAT? ¿En qué medida su sacrificio contribuye a resolver los problemas económicos que traen agarrados de “aquellito” a los mexicanos?
No son muchas las familias que viven con el Jesús en la boca, a la espera de la lana que, mes a mes, mandan desde el otro lado esas mujeres y esos hombres que decidieron rifársela, con peligro de muerte, para -al menos- aliviar el hambre y contribuir a lo esencial del bienestar de hijos, cónyuges, progenitores. A ellos corresponde, en conciencia y corazón, satisfacer primero a sus pobres.
Aunque ahora el gasto se diversifica, pues desaparecido el seguro popular, deben adquirir medicamentos; el desempleo de los que se quedaron, dificulta que el dinero alcance, y dista mucho de ser verdad que los programas sociales contribuyan a reactivar la economía. Ni en sueños.
Lo que ocurre ahora en nuestra nación, me recuerda el desempeño de Jack y Piggy, los protagonistas de El señor de las moscas, novela de William Golding que narra los avatares de una necesaria reorganización social, de una 4T, en donde ni los que mandan ni los que obedecen tienen la experiencia necesaria para poner orden, paliar el hambre, garantizar la seguridad y no matar.
Estamos gobernados por pandilleros que requieren de apropiarse de méritos inexistentes o que, de plano, corresponden a ese abominable pasado tergiversado en el ámbito político, que les facilitó convertirse en los jefes de las pandillas.
¿Qué ocurrirá con Jack y Piggy si el dinero de las remesas se detiene por trámites administrativos, o se reduce en cantidad, o de plano cesa? ¿Cuánto nos costaría en paz social, en seguridad pública, en dependencia de los dólares negros del narco?
El Estado mexicano dejó de ser uno fallido, para convertirse en uno de ficción, en el que la narrativa política desde el poder tiene la responsabilidad de embelesarnos con mentiras cotidianas, para que dejemos de darnos cuenta de que, por el momento, estamos gobernados por un señor de las moscas totalmente autóctono. ¿Hay salida?
www.gregorioortega.blog
@OrtegaGregorio