Epistolario
Por Armando Rojas Arévalo
SOFIA: Muchos –cada vez más- quisieran que algún milagro acelerara el tiempo y llegara cuanto antes el día del cambio constitucional. Impotentes no saben qué hacer para que se acabe lo más pronto posible la depredación acompañada de dicharajos, ocurrencias y caprichos. Se produce en las conciencias un grito de mea a culpa, porque las críticas y los señalamientos no han podido desterrar la pesadilla. Y, esperanzados, sólo confían en que el tiempo pase y se vaya la pesadilla.
Es como cuando uno tiene muy mal sueño, o sea, pesadilla, y esperas a que se acabe el sueño o llegue la luz del día.
Hay cierta esperanza impotente y hasta resignación en dejarle la respuesta al tiempo. “Dejémoslo, al cabo se irá al rato”, dicen. Yo no confiaría tanto.
Caprichos onerosos como la “Refinería Dos Bocas”, construida sobre un pantanal a un costo superior a los 8 mil millones de dólares, es una obra que las próximas cuatro generaciones seguirán pagando.
Caprichos como el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, que ni él utiliza. O el Tren Maya cuya construcción ha depredado de manera irreversible la selva, la ecología, los cenotes y los acuíferos de la Península.
Dicharajos como el “la guacamaya se volvió zopilote”, con el que asegura “fracasó” el hackeo a la Sedena. Si fracasó, como dice él, entonces por qué los secretarios de la SEDENA y Marina no quieren comparecer ante los diputados y responder a las preguntas. Los altos mandos militares se volvieron de cristal.
Dicharajos como el “me canso, ganso” pintan cruelmente cómo ejerce el poder este gobierno. Frase que alardea de que las cosas se hacen, porque se hacen.
El “me canso, ganso” se utiliza mucho en el sureste, en especial en las zonas tropicales, pero no la creó él, sino que se la copió a Tin Tan. Es un dicharajo en el que, dicho por él, no tiene el significado gracioso que le imprimió Tin Tan, sino la prepotencia, el machismo y la autoridad se quiere imponer sobre las decisiones.
La frase es un dicho popular que hiciera famoso el actor Germán Valdez, Tin Tan en la película Niño Perdido, de 1947.
“¡Te la canto! ¡Me canso ganso dijo un zancudo cuando volar no pudo, una pata se le torció y la otra se le hizo nudo, luego le dio laftosa y hasta se quedó mudo y ya mejor no le sigo porque luego yo sudo!”, canta el actor mexicano en la película acompañado del fiel Marcelo (¡!) en la guitarra.
La compra de voluntades es el arma del gobierno. Anunció el aumento a la pensión de los viejitos, y éstos están felices, aunque sepan que deberán corresponderle con sus votos.
LA POBREZA no se reducido, por lo contrario. Los indicadores son terribles. En México se contabilizaron en 2020, 55.7 millones de personas en situación de pobreza, casi la mitad de la población que fue de 127 millones, de acuerdo con el estudio Medición de la Pobreza 2020 del Coneval.
Se trata de un aumento de dos puntos porcentuales entre 2018 y 2020, con un aumento del porcentaje de la población en situación de pobreza de 41.9% a 43.9%. El número total de habitantes en México en 2020 fue de 126 millones 014 mil 024 personas, según el Inegi. Las personas en pobreza moderada sumaron 44.9 millones, mientras que las personas en pobreza extrema fueron 10.8 millones, según las cifras del Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social).
Los programas asistencialistas de este gobierno han sido inútiles. No es regalando dinero como se resolverá el problema, sino creando empleos de calidad, cada vez mejor remunerados.
Una muestra de que no hay desarrollo ni progreso es CHIAPAS, de donde soy originario. Sigue siendo de los más pobres del país a pesar de sus recursos. En comparación con otros estados de la República es la única entidad que no ha crecido económicamente desde hace 28 años. Del 2000 al 2019, su tasa de crecimiento anual bajó a menos 3 por ciento. El INEGI revela que Chiapas del 2009 a 2018 creció menos del 1 por ciento su ingreso per cápita anual.
Todo ello gracias a la demagogia y a la depredación de gobiernos corruptos que han mandado en la entidad, como el de SABINES GUERRERO y VELASCO COELLO. Uno es cónsul cobijado por la 4 T, el otro senador también cobijado por el gobierno.
P:D: MEJOR NI LE SIGO por hoy, esto ¡enferma el alma!
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