Yo Campesino / 4T de pesadilla
• Rojo amanecer de 2023 con masacre y un Ganso que golpea a ministros
Miguel A. Rocha Valencia
Muy lejos está la nueva ministra Presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Lucía Piña Hernández de ser una “corcholata” del ganso, con una trayectoria académica y profesional a toda prueba, dejó en claro que actuará en defensa de la autonomía no sólo del máximo tribunal sino también de la Judicatura Federal.
Fueron seis votos de los ministros independientes quienes le otorgaron el privilegio de ser la primera mujer en encabezar el Poder Judicial, ese que desde la 4T se ha intentado menoscabar, sujetar y someter. Los otros cinco togados, hicieron lo suyo al servicio de su patrón que no representa precisamente el servicio a la Justicia.
Y antes siquiera de asumir, desde Palacio Nacional llegó otra andanada y seguramente le habrá de llegar más para intentar doblegarla. Difícil será pues la ministra Piña Hernández se debe a ella misma, a su esfuerzo, a su preparación académica, a su vocación por la aplicación del Derecho, lo cual, no son buenas noticias para los cuatroteros.
Por ello enfrentará duros retos, agresiones especialmente por el entorno de violencia que hay en el país y se genera desde Palacio Nacional, donde se consiente tanto a la delincuencia que es capaz de atacar con un gran poder de fuego penales enteros con más de tres mil 500 huéspedes, asesinar a cuatro de ellos y fusilar a 10 custodios además de herir a 25 más.
Todo para liberar a Ernesto Piñón de la Cruz y César Vega Muñoz junto con 22 cómplices más pertenecientes a la pandilla de los Mexicles, brazo armado del cártel de Sinaloa, de los Guzmán Loera en Ciudad Juárez.
Finísimas personas y de las cuáles no se sabe nada, pero fueron liberadas a sangre y fuego en medio de una masacre justo en uno de los municipios mejor “custodiados” por la fuerzas federales con seis mil tropas y que, como siempre, llegaron horas después de que sujetos a bordo de al menos seis camionetas sacaran a los criminales privados de su libertad.
Sumaron con ello hasta ayer, 142 mil 973 asesinatos, difuntos de los que hay huella y a los que se adicionan las desapariciones donde al menos 30 son niños y mujeres diarios, muchos de ellos para ya no volver ni saber nada, otros convertidos en soldados del crimen y los que de plano salen huyendo de sus comunidades o del país ante las presiones de los delincuentes, miseria secular o busca de una mejor vida incluso en el extranjero.
En ese ámbito habrá de moverse la Suprema Corte de Justicia de la Nación que no deja, como dice la nueva presidenta, una era de patriarcado sino también de sometimiento y mediocridad alejada de su esencia especialmente custodiar el cumplimiento de la Constitución y sus leyes reglamentarias, incluyendo aquélla norma que protege a los ciudadanos de los abusos del poder y que se llama amparo.
Lo peor sin duda, será la lucha interna donde las corcholatas del peje insistirán someter la Ley (no me vengan con que…) aunque con ello se intente doblegar, mermar a las instituciones democráticas, adecuar la norma a los caprichos del tlatoani.
NO hay duda, lo harán unos, porque carecen de la carrera judicial comprometida con la Constitución, con el cumplimiento de la Ley sino que llegaron a la SCJN por un favor del caudillo no por méritos propios y otros porque sus pecados les impiden autonomía, acuchillados por la amenaza y el chantaje, por el desprestigio a que se arriesgan en las mañaneras para ser exhibidos por aventuras pasadas.
¿Empieza una nueva era? Es posible; confiemos en que al menos existe un bagaje de garantías para un mejor desempeño en las responsabilidades no sólo del máximo tribunal sino del Poder Judicial de la Federación frente a al autoritarismo de al lado.
Una pesadilla que continuará y podría ser más tétrica para millones de mexicanos que confiaron y tuvieron esperanza de un país mejor y que hoy enfrentan una realidad muy distinta, contraria a sus anhelos.