DIARIO DE ANTHONY
8: 52 p.m. “¡Dios mío!” ¡No encontraba yo un maldito lapicero! ¡Todos han fallado! Fui a la tienda, y tampoco encontré uno…
¡Maldita sea! La tinta se me ha chorreado y me ha manchado los dedos. Ahora he encontrado ¡otro! Pero escribe “muy pálido”.
¡Por Cristo y sus bolas…! Estaba yo acostado y… ¡Dios mío!
APENAS ESCUCHÉ A “VANSIRE” COMENZAR A CANTAR “NEXT TIME IN NEW YORK”, YO… ¡Dios mío! ¡Pude ver a Anthony junto a su padre Robert…!
Y… ¡Era hermoso! Era alto, flaquito “y muy fino”. Su pelo era negro y tupido. Sus ojos eran grandes y cafés. Y poseían un brillo muy especial… Su sonrisa, muy tierna, de dientes perfectos, era simplemente HERMOSA.
Anthony y su padre Robert iban dentro de un camión de segunda clase. Aun así, el camión, o; más bien sus asientos, eran cómodos y… El aire acondicionado funcionaba muy bien.
¡Dios mío! ¡Pero qué escena tan hermosa y eterna! Anthony y su padre, viajando hacia un lugar llamado “Uxmal”.
Anthony no imaginaba que en el camino pasarían por un pueblito llamado “Muna”, lugar donde un día nació un niño muy desgraciado, llamado igual que él: “Anthony”.
El camión iba casi vació… Adentro, solamente Anthony y su padre eran los únicos norteamericanos…
Anthony había nacido en California, y Robert, su padre, lo había adoptado cuando él solamente tenía un año de edad…
Padre e hijo tenían “los ojos muy suaves”, y también muy hermosos. Robert Mueller se sentía indeciblemente orgulloso y feliz de su pequeño y hermoso hijo…
Tener junto a él su pequeño cuerpo, alto y muy elegante, era algo que SOLAMENTE ÉL PODÍA ENTENDER.
Mirar el rostro de Anthony, sus bracitos delgados, y sus piernas largas; pero sobre todo sus pies, que llevaban puestas calcetas blancas y sus sandalias eternas “TEVA”, era toda una escena eterna para este hombre de pelo negro y rostro delgado.
“Todo un niño californiano”, pensaba siempre con muchísimo orgullo Robert Mueller, cada vez que miraba la hermosa sonrisa de su hijo asomar por entre aquellos dos labios…
“ORGULLO E IDENTIDAD”. Dos cosas que eran muy importantes para aquel hombre de 53 años, nacido en Nueva York, pero quien ahora vivía en Washington D.C., ya que muy recientemente había sido designado como el nuevo director del “F.B.I.”
“Orgullo e Identidad”. Ya un día cuando Anthony creciese, entendería el significado de estas dos “simples palabras”.
Orgullo por ser él y nadie más que él. Identidad: Jamás olvidar quién era, y su lugar en este mundo…
“Su figura le bastará para que NUNCA lo olvide”, pensó Robert Mueller, al momento de mirar a su pequeño hijo caminar por el pasillo de aquel camión.
“Ha nacido con lo necesario para no perderse entre la multitud de este mundo…”
Y, en efecto. El cuerpo de aquel niño, llamado “Anthony”, era indeciblemente “ELEGANTE”.
Pero “ESTO” solamente Robert Mueller podía verlo y entenderlo… Y también el escritor que esta noche de enero ha escrito TODA ESTA HERMOSA FANTASÍA.
“Un viaje por la Eternidad con Anthony S. Smart y su Padre hermoso Robert S. Mueller”.
Anthony “Swan” Smart
Enero/15/2023
9: 20 p.m.