- Una fortuna, la amistad con Miguel Ángel Granados Chapa; un buen recuerdo del genial Manuel Becerra Acosta
- Las redes, altamente útiles para informarse al momento
Por Carlos Duayhe
Si algo pudiera definir al sonorense Humberto Musacchio –exdefeño de corazón- en este viaje de la vida sería su gran versatilidad. Disciplinado en sus tareas, riguroso al extremo es también una esponja de aprendizajes. Llevan mano sus amigos (mujeres y hombres); reconoce a sus adversarios cuando así corresponde por encima de sus convicciones “desde una izquierda democrática”. Implacable con los simuladores, fue cofundador de los diarios unomásuno y La Jornada. Presentamos una breve semblanza de uno de los supervivientes, también, de la masacre de Tlatelolco en 1968.
¿Humberto, cómo arrancas tu carrera de periodista?
Cursaba la carrera de Economía en la UNAM, cuando empecé (en 1969) colaborando con reseñas de libros en El Nacional. El inolvidable poeta español Juan Rejano nos abrió las páginas del suplemento que dirigía a los jóvenes de aquel entonces. Luego colaboré también en la página cultural de El Día (entonces no eran secciones como ahora) y en la Revista de la Universidad, en la que Gastón García Cantú creó unas “Hojas de crítica” donde colaborábamos los estudiantes. Trabajé igualmente en oficinas de prensa, y en 1973 comencé a escribir en las páginas editoriales del diario Ovaciones, donde poco después tuve una columna politica que aparecía tres veces a la semana.
¿A qué maestros y compañeros fundamentales recuerdas?
En el periodismo viviré siempre agradecido por las enseñanzas de mi querido Juan Rejano. Miguel Donoso Pareja, jefe de cultura de El Día, insistía en que mis artículos estaban escritos en “estilo manifiesto”, lo que era explicable, porque yo venía del movimiento de 1968. Tengo un buen recuerdo de mis jefes de redacción de unomásuno (Carlos Narváez, Manuel Arvizu), por todo lo que aprendí con ellos.
De tus experiencias profesionales ¿cuáles recuerdas más?
Cuando apareció el primer número de unomásuno de inmediato decidí buscar un lugar en ese diario, donde hice una carrera que me llegó de forma natural. Entré como corrector de originales, fui cabecero, jefe de cultura y luego jefe de redacción. También me resulta muy estimulante mi trabajo como subdirector de La Jornada, donde logramos que ese periódico saliera pese a que estábamos vetados por el gobierno de Miguel de la Madrid. Trabajábamos sin los medios materiales adecuados y no teníamos dinero ni para adquirir el papel. Siempre estaré agradecido con el equipo de mesa de redacción y el personal de talleres, pues entendieron que estábamos haciendo historia. Celebro, sin embargo, que un politicastro como Carlos Payán me haya querido hacer la vida imposible allí, pues eso me decidió a abandonar el diario, gracias a lo cual escribí mis libros.
¿A qué personas les tienes especial admiración o reconocimiento?
Para mí fue una fortuna haber sido contemporáneo y amigo del inolvidable Miguel Ángel Granados Chapa, el Francisco Zarco de nuestra época. Tengo un buen recuerdo de Manuel Becerra Acosta, periodista de un extraordinario olfato, quien fue el fundador de unomásuno.
¿Qué expectativas ves a tu carrera en la era digital?
Pocas, porque ya tengo 79 años. Mi vida profesional no llegará muy lejos. Además, salvo por mi trabajo en una computadora, no participo de las nuevas tecnologías. Entiendo que el periodismo impreso está en retirada y que su vida terminará en unos veinte años, pues ya empezó a ser desplazado por el periodismo digital.
¿Cómo aprecias las redes sociales?
Son altamente útiles para estar enterados al momento, lo que es de mucha ayuda para los reporteros. Lamentablemente, las redes también transportan mucha basura.
Algo de Humberto:
Humberto Musacchio presenta en la BUAP Historia crítica del periodismo mexicano
La relación entre prensa y poder es ‘tensa e intensa’, dice el autor de la columna La República de las letras que se publica en Excélsior
Jueves, Noviembre 9, 2017. ¿Por qué Historia crítica del periodismo mexicano?, porque la historia que conozco parece que todo es heroísmo, y esta es una historia de bajos salarios y de trasnochados, reporteros dispuestos a realizar su trabajo, dice a propósito de su libro Humberto Musacchio.
En la cronología del origen a los días actuales, el autor de la columna La República de las letras analiza las condiciones en que se practica el periodismo frente al poder en México, como una relación inevitable en ese devenir histórico.
“La contradicción principal es que el poder necesita de la prensa para su difusión y la prensa necesita del poder”. Tal relación, “tensa e intensa” –expresa-, sólo ha servido para comprar conciencias, doblegar medios al servicio del poder y el famoso chayote -estipendio que se entrega a periodistas para que actúen de una u otra manera, inventado por Domingo Ibarrondo, jefe de prensa de Maximiliano-, como formas tradicionales de este vínculo.
El también autor de Historia del periodismo cultural en México (2007) desmenuza el origen de grandes empresas periodísticas, como El Universal y Excélsior, los intereses que defendieron de acuerdo con la coyuntura, pero siempre cercanos o de la mano del poder político. Destaca aquellos episodios en los cuales, pese al control, floreció una prensa vigorosa: en la primera República federal, 1824-1835, cuando ocurre un gran debate sobre el camino que debía seguir el país.
Así también, la prensa del siglo XIX, en la República restaurada, “encontraremos que casi no hay referencias ni al México prehispánico ni al colonial. Son contadísimas porque ese México vivió un ansia de modernidad que le impedía ver su pasado y encontrarse en él”. Después, llegó el florecimiento del periodismo cultural o literario. Nace gran cantidad de publicaciones preocupadas por entender lo mexicano. También florece la prensa obrera que se da en los años 70 y 80 del siglo XIX, cuando las organizaciones obreras empiezan a manifestarse.
Historia crítica del periodismo mexicano, de Humberto Musacchio, fue publicado este año en la Colección Kiosco, de la Editorial Luna Media Comunicación, y presentado en la Biblioteca 5 de Mayo, en el Complejo Cultural Universitario. Acompañaron al autor los escritores Fritz Glockner y Gilberto Meza, así como la directora de la Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales de la BUAP, Eloísa Sheng-li Chilián Herrera.
¿Cuál es el sentido de volver sobre la historia del periodismo?, pregunta y responde: “Para saber quiénes somos, de dónde venimos…porque sólo así entenderemos hoy el periodismo y la importancia de un periodismo independiente”.
Algo más:
Humberto Musacchio nació en Ciudad Obregón, Sonora, en 1943. Hizo estudios en la Facultad de Economía en la UNAM. Ejerce el periodismo desde 1969. Fue jefe de las secciones culturales del El Universal y Unomásuno, y jefe de redacción de este último diario; subdirector de La Jornada, director de Comala, suplemento cultural de El Financiero, y director de las revistas Kiosco y Mira.
Es autor de tres libros de crónicas: Ciudad quebrada (1985), Hojas del tiempo (1993) y Urbe fugitiva (2002), así como del Diccionario enciclopédico de México, apareció en cuatro tomos en 1989 y reeditado en tres tomos bajo el título de Milenios de México en 1999-2000.
También es autor de diccionarios enciclopédicos de los estados de México, Nayarit, Guanajuato y el Distrito Federal; de Quién es quién en la política mexicana (2002) y de una Historia gráfica del periodismo mexicano (2003). Es coautor de México 2006, Manual para lectores y electores, libro publicado este año (2006).
Actualmente escribe en el diario Excélsior y en el semanario Siempre!, y conduce en Radio Red el programa La República de las Letras. Colección Periodismo Cultural Gobierno de México