Francisco Gómez Maza
• Obligados a probar la inocencia
• Víctimas del periodismo de odio
El titular de una nota de El Universal, fechada el 18 de enero de 2023, dice: “Asesora confiesa ante UNAM que compartió tesis de ministra.”
En el cuerpo de la nota se detalla:
“Ante autoridades universitarias dice que no faltó a la honradez por dar a conocer trabajos; sostiene que texto de Esquivel es de su autoría y Édgar Báez tomó referencias.
“Martha Rodríguez Ortiz, asesora de tesis de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín Esquivel Mossa, reconoció ante autoridades académicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que fue ella quien compartió el proyecto de tesis de su asesorada al entonces alumno de la Facultad de Derecho, Édgar Ulises Báez Gutiérrez.
“En una declaración presentada por escrito al director de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, Fernando Macedo Chagolla, y de la cual EL UNIVERSAL posee copia, Rodríguez Ortiz expresó: ‘Reconozco que le compartí el proyecto de tesis de la alumna Yasmín Esquivel Mossa al alumno Édgar Ulises Báez Gutiérrez y, seguramente, a otros alumnos más, pero quiero aclarar que era con el ánimo de que lo tomaran sólo como referencia’.
“Sostuvo que Esquivel Mossa presentó su examen profesional un año después, es decir, en 1987, ‘porque aún no contaba con el servicio social, requisito indispensable para iniciar los trámites administrativos para sustentar su examen profesional’.
“Resaltó que ‘la tesis que presentó la alumna Yasmín Esquivel Mossa para titularse como licenciada en Derecho, en 1987, fue una tesis original de su autoría, pues desde 1985 comenzó a elaborarla.”
El lector de esta columna interesado en conocer la nota completa, le invito a visitarla en https://www.eluniversal.com.mx/nacion/asesora-confiesa-ante-unam-que-compartio-tesis-de-ministra.
Entonces. Quién está diciendo la verdad. ¿Aquellos, adversarios del presidente López Obrador, que defienden a capa y espada la culpabilidad de la ministra Esquivel Mossa’ ¿El rector de la UNAM? ¿El escritor Guillermo Sheridan, acusador de plagio en el caso de la tesis de la ministra? ¿Los opositores de AMLO que, sin ton ni son, condenan a Esquivel Mossa? ¿Los periodistas que se olvidaron del adjetivo “presunto (a)” para designar a alguien acusado (a) de un delito que no está aún probado?
Respecto del olvido de muchos periodistas del adjetivo susodicho, el colega Wilbert Torre me comentó, en un diálogo sostenido en facebook
“¡Cuántas cosas se han desvanecido en la práctica del periodismo! Yo, que camino mucho las calles de la ciudad de México, Paco, siempre vi con dolor y tristeza la desaparición de los oficios: zapateros, pajareros, aguadores, trajineros… Y hoy me pasa lo mismo con el periodismo que, si bien no se ha extinguido (ni se extinguirá mientras una sola persona lo haga), sí ha perdido una parte significativa de sus aprendizajes, enseñanzas, habilidades y métodos, bajo los cuales aprendimos tantas generaciones. Una desgracia. Saludos, Paco.”
Y es que en la actualidad, responde este escribidor, nadie de tales “periodistas”, militantes de partidos y alianzas partidistas, y otros vergonzosos compromisos, requiere de ir a la escuela; no se necesita de las ciencias y las técnicas de la información; se confunde información con comunicación, y periodismo con propaganda; realidad con falsedad. Y ser periodista -y es motivo de orgullo- se reduce a copiar y pegar sin verificar si lo que se publica es verdadero o falso.
Y como lo dicta la propaganda, mientras más falsedades se propaguen – redactadas, dictadas o copiadas- se obtienen “mejores” resultados a favor de una causa vergonzante, como lo dicta el arte dia-bólico de la propaganda y la publicidad. Y en este caso – de la ministra Esquivel Mossa-, lo que importa al final es sembrar semillas de odio…
Y continúa este escribidor: Así ocurre lamentablemente. Estos malos periodistas tienen el corazón rebosante de odio y, como seres vivos irracionales, sólo reaccionan ante lo que les provoca incomodidad, insatisfacción, desfigurando el oficio del periodista, de hurgar la realidad y trasmitir la noticia, lo que ocurre, lo que se dice, para mejorar las relaciones de los seres humanos entre sí, y con la naturaleza.
Los “periodistas” más obscenos son aquellos que destilan y se dedican a guerras de odio y de burla; divulgan acusaciones sin pruebas. Y manchan de inmundicias al verdadero oficio de los que viven con los ojos abiertos, vigilando la realidad, lo que ocurre en las relaciones humanas, de producción, listos a recrearla y divulgarla para que los lectores, escuchas o videntes tengan elementos para tomar decisiones.
En fin, el tema es interminable. Pero le doy la palabra a Kapuscinski, el gran periodista europeo, nacido polaco: “los cínicos no sirven para este oficio”.
Kapuscinski escribía por razones éticas: sobre todo porque los pobres suelen ser silenciosos. Porque la pobreza no llora; la pobreza no tiene voz. La pobreza sufre, pero sufre en silencio. La pobreza no se rebela. Y sólo hay rebeldía, cuando la gente pobre alberga alguna esperanza. Entonces se rebela.