Yo Campesino / ¿Y las masacres?
• El ganso se divierte con el juicio a García Luna y desestima la matazón de mexicanos
*Miguel A. Rocha Valencia*
Tan sólo por la pandemia fallecieron entre 670 mil y 770 mil mexicanos, casi la mitad de ellos a causa de las políticas ahorradoras del mesías tropical y de su “científico” Hugo López-Gattel según reveló el Inegi que al mismo tiempo dio a conocer un “sobre fallecimiento” de 100 mil personas a causa de enfermedades mal atendidas destacando las cardiovasculares, diabetes y diversos tipos de cáncer, especialmente en niños y mujeres.
Pero eso no le pareció relevante el ganso de Macuspana, para él lo importante es que se inició un juicio largamente anunciado contra el exsecretario de Seguridad en el sexenio de Felipe Calderón, Genaro García Luna, en cuyo sexenio se llegó a 121 mil asesinatos, en una guerra que criticó el propio machuchón tabasqueño junto con la militarización que conllevó.
Y como siempre vio la paja en el ojo ajeno y se “olvidó” que en sólo cuatro años de su “gobierno” ya se llegó a la suma de 145 mil asesinatos (homicidios dolosos) de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública, sin guerra y sin sumar muchos de esos crímenes, como los 29 ocurridos en la “guerrita” de un solo día en Jesús María en Sinaloa.
Lo que es peor es que en la 4T las masacres continúan a lo largo y ancho del territorio todas atribuidas al crimen organizado, a ese al que se deben dar abrazos aunque respondan a balazos. La captura de Ovidio Guzmán y sus muertos (militares, policías y criminales), fue flor de un día a cambio de que Joe Biden aterrizara en el aeropuerto de Santa Lucía.
Ahí están los recientes asesinatos colectivos de Michoacán, incluyendo un coronel jefe de Batallón en Michoacán, las ejecuciones de Veracruz, la masacre de hace Chimalhuacán, sin dejar de mencionar los de 230 homicidios dolosos del fin de semana.
Los muertos no paran ya sea por enfermedad o asesinatos, el país está convertido en un panteón donde si se suman todos los fallecimientos que incluyan los que “no debieron ser”, podríamos superar el millón pues en estos estarían los que “se fueron” a causa de mala atención médica, falta de medicamentos, tratamientos y hasta reactivos para análisis y estudios como tomografías, mastografías y demás.
El contraste que presentan en sus cifras el Inegi y el Sistema Nacional de Seguridad Pública son más que reveladores; muestran la incapacidad o la perversidad quien ve en pandemias y guerras no declaradas una conveniencia política “anillo al dedo” diría sólo para poder manipular en su favor el dinero y el miedo de los mexicanos.
Porque fue bajo el falso discurso de una corrupción que no se ha probado de los de antes, pero de la cual hace gala de 4T, que la chachalaca tabasqueña se hizo del presupuesto público para comprar votos, distraer 750 mil millones de pesos para programas clientelares mientras la gente moría incluso afuera de los hospitales o en sus domicilios, algunos en la calle por falta de oxígeno o medicamentos. Se ordeñaron más de 35 mil millones de pesos de la secretaría de Salud y a la fecha, no se sabe cuánto se gastaron en la compra de vacunas y cuántas regalaron al extranjero a cambio de lucimiento político. Al fin candil de la calle y oscuridad criminal en la casa propia.
Así va a seguir, las masacres y los recortes a salud, educación donde se recortó el dinero para escuelas de tiempo completo, estancias infantiles para madres trabajadoras, los refugios para mujeres violentadas (hoy hay más feminicidios) el apoyo a prostitutas, recorte a mastografías y desde luego, como muestra del rencor contra quienes sí saben y se preparan la cancelación de fideicomisos especialmente dedicados a la cultura y la investigación.
A cambio se desviaron miles de millones de compras fraudulentas de respiradores donde están metidos la mandamás de Coancyt, el director del IMSS y el hijo de Manuel Bartlett Díaz, entre otros. Ni hablar del dineral que se gastó o se robaron en la elaboración de la famosísima e inexistente vacuna Patria o la compra de los biológicos no certificados de Cuba. Ni hablar de la contratación ilegal de “especialistas” isleños que no comprobaron ante la secretaría de Salud sus capacidades.
No nada de eso es importante, ni siquiera que se destinen otros 22 mil millones de pesos a la Sedena para comprar armas y equipos o los 750 millones a la Guardia Nacional para adquirir conjuntos antimotines que incluyan toletes y escudos de alta resistencia además de chalecos blindados y mascarillas antigás.
De lo que debemos estar atentos l¡” mexicanos porque así lo manda el dueño de Palacio Nacional, es del juicio contra García Luna por haberse desempeñado como funcionario de Felipe Calderón cuando ya desde entonces se decía que él era el auténtico jefe de la mafia.
Pero olvida el profeta que en esa guerra estuvieron metidos muchos militares de muy alto rango y que en esos tiempos fueron señalados como los auténticos protectores del crimen organizado. El secretario de la Defensa fue Guillermo Galván Galván y su segundo, el perseguido exsecretario, Tomas Ángeles Dauahare, quienes heredaron al divisionario de Peña Nieto, Salvador Cienfuegos.
En la 4T cambiaron los nombres de los mandos, pero el crimen se consolida con los mismos líderes en todas sus vertientes incrementa sus áreas de influencia geográfica, operativa y política, pero asesina con mayor impunidad a más mexicanos.
Y si García Luna ayudó a consolidar y engrandecer al cártel de Sinaloa como dice Sergio Villarreal “El Grande” ¿Qué ha hecho el ganso para disminuir o debilitar la empresa criminal del señor don Joaquín Guzmán Loera? Lo de Ovidio, fue obligado por EU harto del apapacho a esa familia.