La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Nos dijo que era un hombre bueno, pero no para qué ¡vaya forma de enterarnos!
Durante cuatro años, han repetido hasta el cansancio: no somos iguales, Cuitláhuac es un hombre bueno, el gobernador más honrado que ha tenido Veracruz.
En este caso, la mentira repetida mil veces no funcionó: en la administración de Cuitláhuac García, se han presentado reiterados casos de corrupción. Ninguno aclarado, porque el pretexto de siempre es recurrente: se trata de una campaña mediática, es un complot de los conservadores que se oponen al cambio.
Sin embargo, a finales de 2022, el diputado local priista, Marlon Ramírez, documentó que una mujer de nombre Araly Rodríguez Vez, había recibido contratos, de al menos tres dependencias, por alrededor de cien millones de pesos.
Como suele ocurrir, el Cui apostó por culpar a los opositores ‘ardidos’ y dejó el asunto en el olvido, pero, para mala suerte de la 4T jarocha, el tema se ha convertido en una bola de nieve que escaló a la prensa nacional y, de entrada, se descubrió que la señalada Araly, es una empleada de la SEV con un salario mensual menor a diez mil pesos.
El asunto pinta, como una estafa con prestanombres, además de empresas fantasma y, de acuerdo a los trascendidos de prensa, el origen del entuerto apunta a una subsecretaría de Finanzas, donde despacha, justamente, el ‘pariente incómodo’.
A bote pronto, podemos inferir que la salida de los anteriores titulares de Salud y Seguridad Pública, se debió a malos manejos, no obstante, para demostrar que no son iguales, sino idénticos, todo lo quisieron resolver con una renuncia ‘por motivos personales’. La experiencia indica, que apenas hemos visto la punta del iceberg.