Considerada una de las mejores escritoras mexicanas de todos los tiempos, Inés Arredondo es recordada en el 95 aniversario de su natalicio —20 de marzo de 1928— por su magnífica obra cuentística, en la que cuestiona los valores tradicionales y profundiza en temas como el erotismo, la locura y la muerte.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) recuerdan a la escritora nacida el 20 de marzo de 1928, en Culiacán, Sinaloa, autora de La señal (1965), Río subterráneo (1979), que le mereció el Premio Xavier Villaurrutia, y Los espejos (1988), además de un cuento para niños titulado Historia verdadera de una princesa (1984). En 2012, el Fondo de Cultura Económica (FCE) publicó Cuentos completos, en los cuales se incluyen tres relatos inéditos. El conjunto de su obra aborda temas que constituyeron un parteaguas en la época, como el abuso sexual, el maltrato de los padres a los hijos, el incesto o el bullying.
La escritora sinaloense fue parte de la llamada Generación del Medio Siglo o grupo de la Casa del Lago o de la Revista Mexicana de Literatura, cuyos miembros destacaron por su obra creativa y por su labor crítica sobre distintos campos artísticos. Ella publicó un estudio sobre el trabajo poético de Jorge Cuesta, uno de los principales exponentes del grupo Contemporáneos.
Vivió su infancia en Culiacán, donde vivían sus abuelos maternos y pasaba sus vacaciones de verano. Este último fue un lugar mítico en su vida y en su obra. Cursó la preparatoria en Guadalajara, y en 1947 llegó a la Ciudad de México donde ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para estudiar Letras Hispánicas; tuvo como maestros a Carlos Pellicer, Francisco Monterde y Julio Torri y convivió con autores como Rubén Bonifaz Nuño, Rosario Castellanos y Jaime Sabines. También estudió arte dramático y biblioteconomía.
A lo largo de su vida trabajó como redactora, investigadora, conferencista, guionista, laboró en la Biblioteca Nacional, impartió cátedra en la Escuela de Teatro de Bellas Artes, en sustitución de Emilio Carballido, dio clases de Historia del teatro en la Universidad Iberoamericana, además de participar en la redacción del Diccionario de Literatura Latinoamericana, editado por la Unesco y del Diccionario de historia y biografía mexicanas.
La época que le tocó vivir estuvo marcada por diversas escuelas literarias, desde el surrealismo y el existencialismo hasta la aparición de escritores mexicanos que buscaban expresarse con libertad. Empezó a publicar en la década de los sesenta, como parte de una generación de autores como Juan García Ponce, Juan Vicente Melo, Salvador Elizondo, Sergio Pitol, Rosario Castellanos, Jaime Sabines y Rubén Bonifaz, entre muchos otros que hoy son considerados clásicos.
En 1953 se casó con el escritor Tomás Segovia y tiempo después, debido a la muerte del segundo hijo de ambos, entró en un periodo crítico. Se separaron en 1962. Para algunos especialistas, Arredondo tiene ciertas similitudes con otras escritoras de su generación, como Guadalupe Dueñas y Amparo Dávila, y podría decirse que con otras, como Emily Brontë.
La escritora fue merecedora de la beca Farfield Foundation, de Nueva York (1962) y beneficiaria de la beca del Centro Mexicano de Escritores (1961 a 1962). Fue galardonada con la medalla Fray Bernardo de Balbuena, otorgada por el gobierno de Sinaloa en 1986; recibió un homenaje en Culiacán en reconocimiento a sus méritos literarios, en 1987; el doctorado honoris causa por parte de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en 1988, y un segundo homenaje a su calidad literaria, durante el II Festival Cultural de Sinaloa, en 1988.
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