Nuestra Suprema Ley ha tenido que recorrer un largo trecho para proveer justicia digna y decente. Ese camino dio inicio en la época del neoliberalismo y hoy en la Cuarta Transformación de la Nación continúa con ese andar. Largo como el infinito. El anhelo de los mexicanos de obtener una justicia eficaz nació con la promulgación de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
México lleva y conserva en ésta época política las ansias de justicia, honestidad, seguridad y libertad consagradas en el Pacto Federal. En esas caminatas, calvarios y desdenes mantiene siempre latente el deseo de ser amo y dueño de su propio destino. Y la lucha para obtener esa justicia perdida por la narco-política del neoliberalismo es tan férrea como al principio. Por ello togas de toda la República pugnan por encontrarla, desde jueces hasta fiscales decentes, desde litigantes hasta magistrados intachables, desde la dignidad que se enfrenta a la indignidad por la omisión de la autoridad para suministrar justicia.
Y otra vez, al igual que en la década del neoliberalismo vive nuestra República días de zozobra y desquiciamiento moral y gubernamental. Engaños, promesas y cinismo dominan desafortunadamente gran parte de la vida política de nuestro México, cuyos recursos mismos hacen peligrar a nuestra justicia en éstas horas de la Cuarta Transformación de la Nación.
Es por lo anteriormente expuesto de mucha importancia exigir y aplicar estrictamente la letra y espíritu de la Ley Suprema, con el objeto de que se sepa la autenticidad de la narco-política que laceró y lacera a nuestra Patria.
En todo el territorio de los Estados Unidos Mexicanos, las cuestiones relativas a lograr una mejor situación para la procuración e impartición de justicia y una mejor eficacia en cuestiones relativas a la seguridad, se han convertido en el reclamo más enérgico y reiterativo de los justiciables. Los indicios delictivos, los casos de impunidad, la indebida interpretación de la ley, la absolución de la delincuencia, los casos de corrupción, las condenas en contra de inocentes siguen creciendo desproporcionadamente en ésta Cuarta Transformación de la Nación y por desventura se siguen omitiendo pesquisas en contra de la narco-política.
México debe de continuar manteniendo el pendón de una lucha férrea en contra de la narco-delincuencia en el entorno de la política, ese combate debe de ser de manera abierta y con la ley, sólo así se vislumbrará un destino de triunfo para nuestra gran Nación.
Es cierto…. largo y eterno es el camino hacia la justicia en ésta época, pero nuestra Patria recorrerá ese camino hasta el final, sin titubeos o desmayos, sin dudas ni vacilaciones, porque se sabe que es la única vereda que conduce a la dignidad, al decoro y a la justicia misma.
Es cuanto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal del
Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C..