La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), con la colaboración editorial del gobierno de Tlaxcala, a través de su Secretaría de Cultura, presentaron ayer el catálogo de la exposición Federico Silva, lucha y fraternidad. El triunfo de la rebeldía, que cerró ayer en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
Esta obra revisa la vida del artista, en el marco del centenario de su nacimiento como un reconocimiento a su obra, trayectoria y legado artístico a las artes visuales del país.
La tarde de este jueves 20 de abril, la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, comentó que el libro marca un momento fundamental para acercarse a la lectura de la obra de Federico Silva y marca una serie de pautas que nos permitirán trabajar con mayor rigor y profundidad cada uno de los aspectos comentados; pero también acerca de toda una filosofía que el artista tenía respecto a lo que significa estar aquí y ahora.
En el área de murales del Palacio de Bellas Artes, la titular del Inbal recordó al maestro Silva, con una carpeta bajo el brazo y una convicción que nunca dejó: el deseo de investigar, de experimentar. “Lo hizo durante esta exposición, lo hizo en el Centro Multimedia y efectivamente nos puso a trabajar en una dirección distinta de la que se venía haciendo, porque ese era su espacio de experimentación”.
“Celebro la posibilidad de haber compartido con él la construcción de la exposición en la que abordó otro momento de su obra, que es esta muestra donde él mismo quiso que las piezas fuesen colocadas desde otra mirada, incluso distinta a la que fueron creadas”.
“El Mtro. Silva fue tan radical que abrió su proceso creativo y su trabajo creador, poniéndolo al servicio, a la mirada, a la ayuda, a la crítica y a la interacción de todas y todos”, agregó.
Asimismo, destacó que se tiene un compromiso de la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura para continuar la revisión y difusión de la obra del artista y anunció que conjuntamente con la Secretaría de Cultura de Tlaxcala la exposición se presentará en el Museo de Arte de Tlaxcala, y posteriormente en el Museo Federico Silva Escultura Contemporánea, en San Luis Potosí, “porque eso también es una obra del maestro Silva y nada podría sustituir la presencia de esta exposición en ese lugar donde también empeñó su esfuerzo”.
Al rememorar el proceso curatorial para la presentación de la exposición en el Museo del Palacio de Bellas Artes, en el cual el propio artista participó, dijo que algunos complementos dan cuenta que Federico Silva nunca renunció a que esa exposición hablara de lucha, de fraternidad y del triunfo de la rebelión.
Por su parte, el especialista en museografía, Jorge Reynoso consideró que la visión que podemos tener sobre Federico Silva “es una producción que afortunadamente se puede presentar en la postrimería de la exhibición y puede contener información sobre el proceso curatorial y algunas imágenes incluso de la exposición -la memoria museográfica de México.
Recorrer esa «serpiente del pedregal» es una visión de cierto momento, de ciertos artistas de los años cuarenta que dan una visión de un trabajo multidisciplinario que va a hablar también de la gestión cultural de una generación; todos ellos también generaron instituciones y generaron un proyecto para muchos en beneficio de un proyecto cultural más allá del centralismo.
En su oportunidad, la especialista del Instituto de Investigaciones Estéticas (UNAM), Laura González Flores, mencionó que el catálogo está escrito por una variedad de investigadores, de especialistas en arte transgeneracional y eso me parece un ejemplo. En este libro, dijo, es patente que hay una generación joven que toma la batuta de una nueva interpretación del sentido de la obra de Federico Silva y lleva esa interpretación a más.
“Federico Silva es un creador que queda muy bien representado en este libro, en el que, además, no solamente colaboran varias generaciones, se abren nuevas vías para la interpretación de la obra de Silva, sino que nos quedan tareas. No hemos terminado con la obra de Federico Silva, necesitamos hacer un catálogo de su obra, de más interpretaciones, de estas vías que quedan sin explorar”.
A la presentación del catálogo, en la cual estuvo como moderador Joshua Dalí, asistieron también la directora del Museo del Palacio de Bellas Artes, Alejandra de la Paz; así como el secretario de Cultura de Tlaxcala, Antonio Martínez Velázquez.
Visión de especialistas
En el catálogo, el lector contará con una vista de cada una de las piezas que integraron la muestra, así como del acomodo museográfico en salas pensado especialmente para homenajear al maestro Silva.
Xavier de la Riva Ros y Joshua Sánchez González ofrecen en este volumen conmemorativo un ensayo curatorial que aborda los cuatro núcleos de lo que fue la muestra, exponiendo el hilo conductor de la misma y entretejiendo las aportaciones de las demás plumas presentes en el catálogo.
Experiencias lumínicas: Federico Silva y el arte cinético (1968-1976) es el título del ensayo de Daniel Garza Usabiaga, que tiene como propósito discutir el periodo de producción de Federico Silva de 1968 a 1976 durante el cual se plantea la posibilidad de transformar la pintura y el arte público mediante la vía del cinetismo.
Se trata de mostrar la manera en que su propuesta de arte cinético se alejó del modelo perceptual óptico predominante en América Latina y, en cambio, se aproximó a esa modalidad de cinetismo interesada en vincular el arte con la ciencia. El autor explora, además, su propuesta de experiencia colectiva detonadora del cambio social a través de la modificación de la percepción habitual en los espectadores.
Laura González Flores, quien participa con el texto Federico Silva. De la materia a la luz- , parte de la propuesta de que una de las cualidades inaprensibles de la obra de Federico Silva, especialmente de su obra escultórica, consiste en ser un universo complejo que transita por la pintura, la escultura y el arte-paisaje, pero que también incluye el cinetismo lumínico y la gráfica digital.
Híbridas, sus obras nos enfrentan al reto de describir su especificidad y, al mismo tiempo, abordar su condición intermedial e interlingüística. A diferencia de mucha de la crítica que explica la obra de Silva como una evolución progresiva de lo figurativo a lo abstracto; en este ensayo Laura González Flores presenta una alternativa de comprenderla como un proceso cíclico de creación y destrucción, centrado en la praxis técnica. Es decir, Silva prospera al destruir lo anterior, renacer bajo otra forma y repetir el proceso una y otra vez.
La noción de ecología y la escultura en los años setenta es el texto de Elva Peniche Montfort, cuyo objetivo es explorar la noción de ecología de Federico Silva en el cruce de su concepción de arte público, su interés por la interdisciplina, los enfoques científicos y el pasado prehispánico.
Este análisis tiene el propósito de calibrar su impacto en obras y publicaciones de la época, así como revisar el diálogo con agentes que problematizaron lo ecológico, por ejemplo, Helen Escobedo y Óscar Olea. Toma como punto de partida la presentación del simposio interdisciplinario Arte y ecología, realizado en la Universidad Veracruzana, al que asistieron Mathias Goeritz, Marta Palau, Helen Escobedo, Enrique Bostelmann y Óscar Olea.
Lorena Botello ofrece el ensayo Memoria de las exposiciones de la escultura de Federico Silva, en el que reúne la memoria de dos exposiciones sobre el trabajo escultórico de Federico Silva –pensado como arte público– a partir de reseñas hemerográficas, entrevistas que se le han realizado al artista, fotografías de registro localizadas en publicaciones y textos de su autoría, con la intención de revisar a 34 años de la realización de la primera de las muestras las estrategias museográficas y curatoriales que permitieron observar las esculturas ambientadas en espacios inspirados en el mundo prehispánico.
Natalia de la Rosa y Julio García Murillo participan con el ensayo Itinerarios por uno o varios realismo(s) social(es), 1945-1968. Los autores exponen la producción artística de Federico Silva mostrando cómo se transforma de una exploración realista en la pintura y el muralismo, desde un campo de intervención socio-política vinculada al modelo siqueiriano a, en un segundo momento, la apropiación posterior de los principios soviéticos más estrictos en términos discursivos y una exploración pictórica singular, hasta una exploración escultórica ajena a los dogmas del realismo, ligada, más bien, al cinetismo.
Especialmente se centran en tres momentos: su labor como parte de la edición de la publicación 1945/1946 Revista mensual en defensa del progreso social de México; su producción muralística; y la revisión histórica de su participación en el Primer Salón Nacional de Pintura con la polémica obra Argumentum baculinum, acreedora de una mención honorífica.
Federico Silva: voluntad musical y sonoridad volumétrica es el título del ensayo de Luis Ignacio Sáinz, en el cual el autor aborda el quehacer artístico de Federico Silva centrándose en la integración de la dimensión sonora en su obra.
El artista fue construyendo este camino debido a la necesidad de hacer partícipe al espectador como agente en la percepción del arte. Iniciando con la pintura y su poli-perspectivismo, pasó a la escultura gracias a la facilidad que le proporcionaba jugar con el volumen y el movimiento respecto del espacio, para finalmente transitar a piezas cinéticas que involucraban aún más la participación del espectador ahora también como oyente.
La fusión de procesos creativos de diversa naturaleza que interesaban a Federico Silva nos la proporciona una imaginería escénica singular donde la materialidad tridimensional embona con la cuarta dimensión sonora. En este camino multidimensional encontró compañeros con intereses afines, como los músicos Manuel Enríquez, Mario Lavista y Alicia Urreta, con quienes logró que el gusto por la experimentación se sublimara en obras complejas integradas por arte, ciencia y música.
Por último, Serge Fauchereau presenta Leyendo a Federico Silva, ensayo en el que ofrece un breve recorrido por la biografía de Silva por medio de anécdotas y sucesos recuperados de los mismos textos autobiográficos que el artista publicó a través de los años.
En cada uno, Silva expuso acontecimientos de su vida que va retomando de un libro a otro, tal cual o completándolos, reexaminándolos, recortándolos, distribuyéndolos en diferente orden, dejando al lector zigzaguear libremente entre Dos x tres, México por Tacuba o Cuadernos de Amaxac.
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