La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El arma secreta siempre estuvo ahí, nadie supo leer las señales
Hace apenas un mes, la senadora Xóchilt Gálvez, no aparecía como aspirante a la candidatura presidencial de la oposición, su nombre era manejado como posible contendiente por la jefatura de Gobierno de la CDMX.
En ese contexto, la hidalguense salía bien evaluada en las mediciones, como posible competidora para gobernar la capital del país, sin embargo, las cosas dieron un giro de 360 grados y en un tris, la señora aparece como la figura más destacada del Frente Amplio por México, para buscar la presidencia de la República.
Se ignora, si fue un movimiento calculado o espontáneo, lo cierto, es que el hecho relanzó a la alicaída oposición y en pocos días, la señora posicionó su imagen como si tuviera meses haciendo campaña, en términos prácticos, fue un hit.
No sabemos, para cuanto alcance este impulso inicial y tampoco, si va a conservar la inercia, lo cierto, es que las reglas del juego cambiaron, sino totalmente, lo suficiente para que los dos frentes realineen sus fuerzas, Gálvez le metió ruido al escenario diseñado por el presidente López Obrador.
Así las cosas, los perfiles delineados en ‘la mañanera’ comienzan a derrumbarse: ni Lilly Téllez, ni Claudio X, ni Loret, ni Ruiz Massieu y muy seguramente, ni Creel, serán los abanderados de la ‘mafia del poder’, se la pasaron de humo al tabasqueño.
En septiembre, tendremos a los o las finalistas, por lo pronto, la insospechada Xóchilt, entró al relevo para intentar equilibrar el juego, veremos qué pasa.