Sabedor de su próxima muerte, se despidió así de sus amistades:
“Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio a todos los amigos que siempre han estado cerca de mí y también a aquellos que están un poco lejos, que saludo con gran afecto… Solo hay una razón que me lleva a saludarlos de esta manera y celebrar un funeral privado: no quiero molestar”.
Tenía 91 años.
Lucía, una estupenda compositora mexicana, tomó clases con él. Lo recuerda serio y cara dura.
-Cada vez que entraba a clase, chiflábamos el tema de El bueno, el malo y el feo.
Morricone abandonaba el gesto adusto y sonreía.