Eduardo Sadot
La inseguridad de las carreteras de México tiene solución, con la unidad de los transportistas que pueden ser el detonador de la organización civil, un importante número de organizaciones del transporte convocaron a un paro nacional y bloqueos para el 29 y 30 de agosto de éste año 2023, luego lo pospusieron, el tema está cobrando relevancia, pero la autoridad sabe, que un paro de dos días es manejable y resulta irrelevante para el gobierno, pero un paro de una semana, con el respaldo de medios de comunicación y periodistas solidarios con las causas ciudadanas y la sociedad civil, tendría consecuencias irreversibles, puede ser tan importante como fue el caso de Francia donde el transporte ferroviario y aéreo – por las reformas de pensiones que implementó el presidente Macron – obligó a replantear políticas públicas en el país galo y evoca la famosa obra de Albert Camus, La Peste.
El tema de la seguridad en carreteras, es un problema que se pretende minimizar, pero ya es una realidad la inseguridad en las carreteras mexicanas que ha ido escalando, por varios factores, la circulación de camiones de carga con doble remolque, freno al desarrollo ferrocarrilero del país, movimiento carretero de carga y pasajeros con la consecuente contaminación de hollín por el desgaste de llantas – hasta cuarenta y seis por camión – las emisiones a la atmósfera de diésel, los choferes enpastillados y drogados para cumplir con las exigencias de forzadas jornadas de trabajo, corrupción de autoridades encargadas de su vigilancia – conocidos como los magisteriales – que cobran para dejar pasar a choferes narcotizados y enviciados circulando por todo el país, la delincuencia extorsionadora a productores – el ejemplo de aguacate, limón y naranja que ya está afectando al mercado interno y externo y a los consumidores – inseguridad que llega hasta los particulares. Todo ello amenaza al país, por falta de capacidad o voluntad política para combatir a la delincuencia con estrategias que no dan resultados. Mientras los responsables cuidan su imagen y las elecciones.
El bloqueo al que convocan para dos días 29 y 30 de agosto es insuficiente, debieran plantearlo por una semana en un paro nacional exigiendo garantías de seguridad para que la autoridad responsable trabaje y garantice la seguridad en carreteras. Un paro de una semana repercutiría en la consciencia nacional, despertaría la capacidad de obligar a cuidar la seguridad de todos los mexicanos y que la autoridad no solo esté cuidando su seguridad y la del gobierno y la imagen de los gobernantes.
Históricamente, hoy los transportistas del país tienen en sus manos el futuro de la nación, porque imaginemos una semana sin transporte nacional sería una sacudida nacional en un país donde la ciudadanía se conforma con limosnas de apoyos económicos mientras a diario mueren muchos mexicanos a manos de la delincuencia, una semana de paro de transporte pondría en jaque al sistema nacional de abasto, alimentos, maíz para tortillas, harina para pan, consumibles, transporte de pasajeros, materias primas, combustibles, una sacudida a la conciencia nacional que hará voltear a todos para valorar la importancia de la vida de los choferes del país, la problemática de seguridad y el riesgo que enfrentan con sus vidas los viajeros en carreteras.
Los grandes movimientos sociales, los hacen seres humanos decididos a cambiar las cosas, no los cobardes que se prostituyen por migajas de poder o dinero, es el momento histórico que seguramente pasaría a la historia como los héroes de río Blanco o Cananea, es asumir su responsabilidad frente al pueblo y enarbolar banderas que modifiquen el rumbo de un cambio de políticas públicas, que al menos, garanticen la seguridad en los caminos de México, que movería las conciencias del resto de los mexicanos que tanta falta hace a la patria. Exigencia de seguridad elemental que aplaudirían el resto de los mexicanos.
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