* El gran desafío del sufragio y su absoluto y legal y constitucional respeto, sucederá en 2024. El enemigo a vencer es el abstencionismo, en esa secreta raíz, oscura, de que el voto no se respeta. Harán todo por inhibir el sufragio efectivo, fomentarán la abstención y la compra de voluntades. Posiblemente otra libertad que dejará de serlo
Gregorio Ortega Molina
La idea y percepción que tenemos los humanos de lo que es y debe ser la libertad, varia de un país a otro y, además, es distinta a la que tuvieron griegos, romanos, egipcios e incluso los judíos, cuyo compromiso primero es con Jehová y después con sus hermanos.
Hoy, aquí, es diferente a ese ideal por el cual lucharon los libertadores, primero, los revolucionarios después. Nuestros derechos se suponen vigentes y están consagrados en la Constitución y vigilados por todo un entramado legal, pero las autoridades no garantizan su cabal cumplimiento, y los ciudadanos poco hacen para que se respeten y puedan disfrutarse en su totalidad. Somos incapaces de vigilar el respeto a la separación de poderes. El Ejecutivo es como ese cuadro de Saturno que se come a sus hijos.
Aceptamos con absoluta mansedumbre esa idea de que sufragar, el libre tránsito, son el culmen de las libertades civiles, cuando únicamente son el inicio, y ambas siempre están en entredicho, sobre todo ahora, cuando la violencia inhibe toda reflexión y propuesta sobre lo que debe ser el futuro inmediato y el proyecto de nación, muerto y enterrado desde el momento en que oficiaron las exequias de la Revolución.
Pensemos en el paso inicial. El voto, elegir gobierno, incidir en lo que deben o no ser las políticas públicas cuando se hace una consulta popular, o hacer válida la revocación de mandato a través de la obligación de transparentar las actividades gubernamentales que pudieran parecer poco claras.
¿Qué es el abstencionismo? ¿Por qué los mexicanos deciden no sufragar? La inhibición del voto es propiciada por el gobierno, por grupos de poder. Persiste la idea de que no se respetará la voluntad popular, de que los gobiernos trampean los resultados electorales. Todavía nadie tiene clara la caída del sistema en 1988, cuando sólo se calló; tampoco nunca ha podido comprobarse el fraude del “haiga sido como haiga sido”, aunque el costo social, económico y político de la versión de los derrotados, todavía pese sobre las finanzas del Estado y el ánimo de los electores. Y lo que hoy pagamos.
El gran desafío del sufragio y su absoluto y legal y constitucional respeto, sucederá en 2024. El enemigo a vencer es el abstencionismo, en esa secreta raíz, oscura, de que el voto no se respeta. Harán todo por inhibir el sufragio efectivo, fomentarán la abstención y la compra de voluntades. Posiblemente otra libertad que dejará de serlo.
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Inmensa la concupiscencia de Andrés Manuel López Obrador por la banda presidencial, la convierte en desfachatez, en desafío a la claridad. Asegura que en el Poder Judicial de la Federación no trabajan, que sus paros son mediáticos y en nada afectan.
Bueno sería que se la hicieran efectiva, y realizaran un paro de 48 horas en todos los juzgados federales, en todas las oficinas administrativas. ¿Tenemos idea de cuántos juicios -de todo tipo- se verían afectados, y los perjuicios económicos que ello conllevaría? En lo personal me gustaría que así ocurriera, pues el presidente de la República parece entender nada más a golpes de realidad.
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@OrtegaGregorio