Una mega-tranza de Miguel Ángel Yunes Linares tiene continuación en las principales oficinas del ISSSTE.
Vayamos por pasos: Hace unos días, las actuales autoridades del instituto de seguridad social para los burócratas federales denunciaron ante la PGR hechos que significan un evento más, entre muchos, de daño patrimonial en contra de esa institución.
Esta vez por la nada despreciable suma superior a los 55 millones de pesos –lo que desde principios de 2011 ha sido denunciado por el colega Héctor Moctezuma— y relatan que “se detectaron diversas irregularidades en el proceso de distribución, registro y control de Medicamentos de Alta Especialidad hacia el Servicio de Oncología Médica”.
Por lo que más adelante le comentaré habría que investigar la muy posible participación de SILODISA, la empresa que a partir del 6 de mayo de 2009 –mediante amañada asignación– tiene la exclusividad en la recepción, almacenamiento, administración y distribución de todos los medicamentos y material de curación del ISSSTE a nivel nacional.
Y es que la reciente denuncia palidece ante los hechos que, debidamente sustentados, significan daño a las arcas de la Institución por varios cientos de millones de pesos. Sí, varios cientos de millones de pesos.
En los hechos, el daño patrimonial existe desde la contratación misma de un tercero para dar el “servicio integral de administración y operación de la cadena de suministro de medicamentos y material de curación (planeación de la demanda, recepción, resguardo y almacenamiento, transportación, entrega, administración de inventarios, administración del proceso de abasto a Unidades Médicas Usuarias)” durante los ejercicios fiscales” que van del 2009 al 2012.
Es decir para el periodo comprendido entre el 6 de mayo de 2009 y hasta el 31 de diciembre del año 2012, el servicio que debió brindar el propio ISSSTE fue ofrecido por la empresa SILODISA (Servicio Integral de Logística y Distribución, S.A.P.I. de C.V.), según dice el amañado contrato derivado de la Licitación Pública Nacional LPN-CS-DA-SRMS-037/2009 que ampara la cantidad de 700 millones de pesos.
No obstante, hubo un primer Convenio Modificatorio, con número CM-DA-SRMS-004/2009, del 13 de marzo del año 2009, y en este el monto aparece ya sensiblemente incrementado ¡en un 88%! Y es que en este ya se consigna un monto mínimo 1 mil 288 millones de pesos, y un monto máximo que multiplica la cantidad inicial 4.6 veces, es decir 3 mil 220 millones de pesos.
Lo cierto, empero, es que la cuota mensual de SILODISA es de 15 millones de unidades movilizadas –una caja de analgésico, por ejemplo, es una unidad–, lo que se traduce 60 millones de pesos, que significan 2 mil 880 millones de pesos en cuatro años. El gran negocio, ¿no cree usted? Una tarea que debió haber realizado el mismo ISSSTE fue asignada a un tercero, por el puro “bisnes”. Nada más.
RESULTADO: EL DESABASTO
Durante el periodo de vigencia del ya caduco contrato 2009 – 2012 fue que los derechohabientes del ISSSTE sufrieron el enorme, dañino y a la postre criminal desabasto de medicamentos.
Considerando, entonces, el pésimo nivel de servicio por parte de SILODISA, resultan inexplicables las asignaciones de dos convenios más –mediante la figura de Adjudicación Directa–, el CM-CS-DA-SRMS-30/2026 “Quinto Convenio Modificatorio Incremento de Monto” por la cantidad de 555 millones 172 mil 413 pesos con 79 centavos, así como el “Sexto Convenio Modificatorio Incremento de Monto y Vigencia” por una cantidad idéntica a la anterior, es decir $555.172.413,79, que están vigentes a partir del día 1° del mes de enero de este 2013 y hasta el ya muy próximo 6 de septiembre de 2013.
Gasto y servicio del todo inútil si consideramos que el ISSSTE fue siempre autosuficiente en su operación, a partir de enero de 1960 que la entonces nueva institución comenzó sus actividades.
Es decir, el ISSSTE resolvió institucionalmente, por cinco décadas, sus necesidades de abasto que ahora, pretendiendo justificar la amañada contratación, llaman con el largo nombre de Servicio Integral de Administración y Operación de la Cadena de Suministro de Medicamentos y Material de Curación (Planeación de la Demanda, Recepción, Resguardo y Almacenamiento, Transportación, Entrega, Administración de Inventarios, Administración del Proceso de Abasto a Unidades Médicas, Administración y Operación del Sistema de Información).
A esto hay que sumar que infraestructura y personal de la Subdirección de Almacenes de la Institución hasta la fecha son intocados: puntualmente cobran por “servicios” que son suplidos aunque ciertamente de manera del todo deficiente y hasta fraudulenta por un tercero, por SILODISA precisamente.
Nunca como ahora –a partir de la muy cuestionable asignación del contrato con esta empresa en mayo de 2006, siendo Miguel Ángel Yunes el director general– el ISSSTE, mejor sea dicho el personal médico y paramédico y en particular la derechohabiencia –del orden de 8 millones de conciudadanos– ha padecido la aún vigente carencia de insumos para la salud, lo que es patente en un cúmulo de denuncias de universal conocimiento. Un desabasto que llega a cifras que frecuentemente rebasa el 50% de medicamentos ausentes. Y eso es criminal.
Por eso vale la pregunta, ¿ya tranzó con SILODISA el nuevo director del ISSSTE, de cuyo nombre no me puedo acordar? (Continúa)
Índice Flamígero: En lo poco que ya le queda de vida a la Comisión Federal de Competencia, Eduardo Pérez Motta deberá poner un poco de atención a lo que sucede al seno de la Dirección de Administración del ISSSTE, pues resulta que por iniciativa de su titular, Juan Ahuactzin, ya citaron a los principales distribuidores de medicamentos del país, léase Casa Saba-Marzám, Nadro, Fármacos Especializados, lo mismo que a Carlos Arenas, “para que se pongan de acuerdo y se distribuyan proporcionalmente el nuevo contrato de servicios de logística para la entrega de medicamentos en Unidades Médicas”, actualmente en poder de los operadores de Miguel Ángel Yunes Linares: Raúl López y Miguel Marengo, en asociación con Fármacos Especializados, de Francisco y José Antonio Pérez. Las prácticas monopólicas, señor Pérez Motta, no se dan exclusivamente entre los proveedores del gobierno federal… en algunos casos, como en este, el propio ISSSTE se encarga de distribuir el pastel, ¿o no?