Los pasajeros expresaron su alivio y recordaron los momentos tensos que siguieron a su fuga por los pelos de un avión de Japan Airlines que se incendió tras chocar con un avión de la Guardia Costera de Japón en el aeropuerto Haneda de Tokio el martes.
«¡Vámonos ahora!» Gritó un niño desde la cabina del avión, donde el humo y el calor se propagaban rápidamente. Los pasajeros escaparon del avión utilizando toboganes de evacuación, ya que el fuego envolvió el avión poco después de su llegada al aeropuerto en la noche del feriado nacional de Año Nuevo.
«Sentí un golpe, como si el avión chocara con algo al aterrizar. Vi una chispa fuera de la ventana y la cabina se llenó de gas y humo», dijo una mujer de 35 años que estaba en un asiento junto a la ventana cuando El accidente tuvo lugar poco antes de las 18.00 horas.
«Nos ordenaron agacharnos y cubrirnos la boca y la nariz. Incluso después de que (el avión) comenzó a arder, no pudimos salir del avión rápidamente, y sentí que nos llevó más de cinco minutos escapar», dijo en una terminal después de llegar a un lugar seguro, su voz temblaba a veces.
El incendio arrasó el avión Airbus A350, que acababa de aterrizar en el aeropuerto de Haneda procedente de Sapporo, en el norte de Japón. Las 379 personas a bordo del vuelo comercial escaparon ilesas, mientras que cinco de los seis miembros de la guardia costera a bordo del otro avión murieron.
«Pensé que iba a ser peligroso», ya que el humo siguió empeorando después de que se declaró el incendio, dijo un hombre de 33 años que estaba a bordo del vuelo con su esposa y su hija de 2 años.
Con un anuncio a bordo pidiendo a los pasajeros que mantuvieran la calma, el hombre, desesperado por proteger a su hija, mantuvo su cabeza cerca del suelo para que no respirara el humo, y la pareja se animó mutuamente diciendo: «Todo estara bien.»
«Nos sentimos aliviados de estar vivos», dijo.
Su esposa, de 29 años, dijo que todos entraron en pánico cuando vieron las llamas. «El humo era tan intenso que sólo podíamos ver nuestros pies después de que los asistentes de vuelo encendieran las luces. Algunos respiraban con dificultad», dijo, y agregó que otros niños lloraban y gritaban.
Una llama que se vio inicialmente en la parte trasera de la cabina del avión se extendió rápidamente y envolvió todo el avión. Las llamas brotaron de las ventanas y puertas y los bomberos intentaron apagar el fuego entre el sonido de las sirenas.
El avión se quemó en una hora.
«Hacía cada vez más calor en la cabina y pensé que no podría sobrevivir», dijo una dentista de unos 40 años. Después de escapar, ella y otros pasajeros se dijeron unos a otros que era bueno que les hubieran salvado la vida, dijo.
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