¿En qué se parecen Felipe Calderón y el Melate? Pues en que ambos resultaron ser todo un fraude, ¿no cree usted? El ocupante de Los Pinos, usted lo sabe y hasta lo padece, fue lo peor que le pudo suceder a México, pues implicó no sólo muerte, desolación y pobreza, incluso retroceso en muchos de los índices con los que se mide el avance y progreso de un país. El sorteo de Pronósticos Deportivos, por su parte, está tan desacreditado, que sus ventas cayeron hasta en un 40%, aunque sus responsables disfracen la cifra con un 24% que, de suyo, resulta alarmante.
Tanto Calderón como el sorteo Melate, pues, requieren de un relanzamiento publicitario. El primero, en busca de que su desastrosa gestión encuentre la benevolencia popular y, tras el relevo sexenal, no sea tan severamente juzgado por quienes –cada vez menos– todavía lo aplauden. El segundo, para aumentar sus ventas.
Girada hace pocos días, la orden fue precisa, tajante: hay que “invertir” en miles, decenas de miles de spots y anuncios publicitarios para dejar sólida, bien sembrada, la imagen de Felipe Calderón y de su dizque gobierno. Cientos de millones de pesos, así las cosas, han empezado a ser canalizados a las televisoras, a tres o cuatro cadenas radiofónicas y a cuando menos un tercio de medios impresos en aras de cantar loas al gran legado (sic) calderonista.
Primero en levantar la mano fue el titular de Pronósticos Deportivos, Jesús Villalobos, quien se sabe centro de investigaciones por corrupción a su paso por el ISSSTE, del que fue director de Finanzas, primero, y director general, hasta diciembre del año anterior.
No sólo eso. Ahí mismo, en Pronósticos –también se indaga–, pudo haber perpetrado más actos corruptos, entre los que se encuentra aquél del sorteo Melate que, a mediados de este 2012 provocó que la venta de este sorteo, le reitero, cayera en un 40%, aunque lo disfracen y minimicen con un 24% nada más.
Desde hoy, entonces, Villalobos se estará gastando en poco más de un mes la enorme cantidad de 200 millones de pesos en “inversión” publicitaria, para “relanzar” al fraudulento Melate… y también la imagen de Felipe Calderón, como ya lo hacen otras dependencias que con sus “ahorritos” ponen al aire anuncios comerciales que resaltan la dizque obra y alcances de este malhadado sexenio y, claro, del “gob”.
Los próximos días vamos a ver y escuchar, a desayunar, comer y cenar, decenas de miles de anuncios de Melate y, a un tiempo, de Felipe Calderón. Nos van a decir que son muy buenos. Excelentes.
En el fondo, publicidad aparte, todos sabemos que los dos resultaron ser todo un fraude, ¿a poco no?
LOS APUROS DE VILLALOBOS
Jesús Villalobos, por cierto, ya consulta abogados que le ayuden a hacer frente a la investigación que la Secretaría de la (Dis)Función Pública inició en su entorno como director general del ISSSTE. Un quebranto por más de 332 millones de pesos, derivado de la fallida intención de varios directores de área que en 2009 pretendieron implementar un software informático, con el cual buscaban pasar del papel a los llamados expedientes clínicos electrónicos de millones de derechohabientes.
Por la pura consulta a un despacho de penalistas, ya le cobraron 40 mil dólares.
Y por llevarle el caso en contra de la apapachadora dependencia –no en todos los casos, sólo en aquellos donde hay “línea” tirada desde Los Pinos– que encabeza el sinaloense Rafael Morgan Ríos, le anunciaron que podrían cobrarle hasta tres millones de dólares.
No es mal negocio para Villalobos. Sólo sería el 10 por ciento de la cantidad que “quebrantó”, cual ahora le dicen eufemísticamente al robo.
Bonito y redondo negocio, vale insistir.
Mejor que atinarle al Melate, ¿o no?
Índice Flamígero: Sobre la discusión senatorial y, sobremanera, la aprobación de la vilipendiada –con razón– reforma laboral, el excelente epigramista que es don Alfredo Álvarez Barrón, El Poeta del Nopal para los amigos, me envía lo siguiente bajo el título Un Debate de Altura: “Sin descuidar sus labores / este apacible rebaño / tiene prohibido ir al baño, / ¡por órdenes superiores!” + + + Dentro de 43 días termina el sexenio de la publicidad pagada. Y lo peor que le puede pasar a un mal producto, me recuerdan, es tener buena publicidad. Es pero que tirar el dinero de los contibuyentes a la basura: es convertirlo en aire.