• Maestros y gobernantes desquiciantes
• Mientras, ahí viene el lobo de la recesión
A los compas de la CNTE les importa un bledo que a la economía nacional se la esté llevando patetas, aunque de la economía dependan cuando menos 48 millones de trabajadores. A ellos y a ellas, los maestros oaxaqueños, el Sistema mismo los ha mantenido en la lucha, porque es un sistema “democrático”. Pero si usted le pregunta a cualquier trabajador chilango, le responderá: Ya nos tienen hasta la madre. Tienen razón los oaxaqueños. Están seguros de que tienen la razón en la lucha contra la reforma educativa y, ahora, contra la reforma petrolera.
Pero además les pagan su sueldo y les dan viáticos para las tres comidas diarias, recursos que les alcanzan para chacharear en los puestos chinos que han hecho su agosto alrededor de la Plaza de la Constitución. Más, lo que la mayoría de docentes protestantes es que la educación en México, con maestros devaluados o evaluados, y con reglas definidas en la Constitución, no sirve para mucho, ni servirá más que para formar servidumbre, en un modelo económico que sólo responde a los principios de la globalización neoliberal.
Van contra la “privatización” de Petróleos Mexicanos, en momentos en que ya no hay mucho que privatizarle a la empresa, pues desde los 80 sus divisiones más productivas están en manos de inversionistas particulares. ¿O no don Pedro?
Lo más grave de todo es que, mientras los manipuladores magisteriales se desgañitan mentándole la madre a Peña Nieto y a los diputados que aprobaron la Ley de evaluación del servicio profesional docente, las mayorías de trabajadores se las están viendo negras porque su poder adquisitivo está por los suelos, las importaciones de materias primas se están encareciendo y las exportaciones que generan empleos se están paralizando, mientras los maestros paralizaron el martes todo el primer cuadro, para que los senadores se dieran cuenta de su presencial y la tuvieran en cuenta a la hora de ratificar la Ley del Servicio Profesional Docente.
Pero los maestros ni ganaron ante los senadores y sí perdieron ante los cientos de miles de trabajadores que necesitaron cruzar por Reforma e Insurgentes durante prácticamente todo el día martes. Mientras, las mayorías de trabajadores, que no tienen un Cue Monteagudo que los apapache y financie – están en grave peligro y el problema lo va a enfrentar doña Chayo, porque el número de candidatos a la cruzada contra el hambre aumentará exponencialmente.
Un signo de la desesperación de los agentes económicos – y estos no sólo son los medianos empresarios, sino sobre todo los trabajadores – es el comportamiento del peso, que culminó la jornada del martes muy presionado. La cotización llegó a 13.44 por dólar, uno de los más altos en lo que va de este año. Por su parte, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), importantísima porque es el termómetro para medir el comportamiento de la actividad productiva, se encuentra en terreno negativo.
El martes cayó casi 2 puntos porcentuales. Y por supuesto, la carestía de la vida se disparó, parte por la perversidad de las leyes de la necesidad y del abuso, parte por el jalón que le da el encarecimiento de las materias primas importadas. Y no hay peor camino que la inflación que es el impuesto que ad ovum tienen que pagar los pobres. Y son millones los pobres de este país ya de por sí pobre.
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