LOS CAPITALES
Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
La economía mexicana esta creciendo, de eso no hay duda, y lo está haciendo con pasos firmes, pero no en todos los Estados es igual ni en todos los sectores. Por ejemplo, de acuerdo con el Informe “Situación Regional Sectorial”, del BBVA México, se estima que al cierre del 2024, Coahuila será la entidad con mayor crecimiento del PIB, 4.2%; seguida por Baja California con 3.2% y Aguascalientes con 3.1%; mientras que Tabasco se habría contraído -0.9%. En 2024 sólo seis entidades presentarán un mayor crecimiento que en 2023.
Además, se estima que este año sean los servicios los que más contribuyan al desempeño de la economía mexicana. BBVA México pronostica que los servicios de Esparcimiento serán el sector con el mayor dinamismo, creciendo 17.9% en 2024, seguido, aunque de lejos, por Comercio Minorista con un crecimiento de 5.4%. Después del extraordinario año de la Construcción y de liderar el crecimiento del PIB durante 2023, este sector podría ser el de mayor contracción cayendo 5.4% 2024, que junto a Turismo con una contracción moderada del 1.7%, serán los únicos que no crezcan.
Desde una perspectiva regional, la institución financiera reporta, con cifras oficiales del PIB Estatal (PIBE) para cierre de 2022, que sólo 14 entidades habrían recuperado sus niveles previos al de la pandemia. Pronosticando las cifras definitivas de 2023 se estima que serán 25 las entidades recuperadas, con Tabasco encabezando el crecimiento en 2023 con una tasa de 6.8%, derivado de un aumento del 31.4% en la construcción. En esta edición del informe se presenta un estudio de la deuda subnacional de entidades y municipios, revelando que el saldo total de la deuda a nivel estatal corresponde al 3.9% del PIB de 2023. Las tres entidades con mayor deuda como proporción de su PIBE son Chihuahua con el 8.1%, Quintana Roo con el 7.8% y Chiapas 7.8%.
La institución financiera señala que la perspectiva de crecimiento en 2024 es positiva para todas las entidades federativas, con la excepción de Tabasco que decrecerá 0.9% anual, en línea con el crecimiento estimado del PIB nacional de 2.5% para el mismo año. Sólo seis entidades tendrán un mayor crecimiento en 2024 comparado con 2023. Los principales impulsores del crecimiento a nivel estatal serán el consumo interno y la resiliencia del empleo, mientras que en las entidades con una vocación en manufacturas la misma seguirá siendo un motor importante de crecimiento.
En el estudio se muestra que la industria automotriz mexicana tiene resultados muy positivos al cierre de 2023, tanto por el mercado externo como por la demanda doméstica. La producción en número de unidades aumentó 14.2%, mientras las exportaciones 15.2% en los mismos términos. Estados Unidos se mantiene como el principal destino de las exportaciones automotrices mexicanas absorbiendo el 77.4%.
El mercado automotriz doméstico avanza a un paso acelerado. Las ventas domésticas en cifras para el cierre de 2023, alcanzan los 1.4 millones de vehículos, lo que representa un incremento del 24.4% en comparación anual. Las ventas de unidades híbridas y eléctricas avanzan 44.3% con respecto al año previo, considerando que siguen representando un nicho relativamente pequeño del mercado. Los cambios de política monetaria en 2024 reducirán gradualmente el costo del financiamiento que, a su vez, ayudaría a una mayor demanda por crédito automotriz, impulsando las ventas domésticas y la resiliencia del empleo.
Anticipa Banxico que este año en PIB crezca entre 2.2 a 3.4%.
Muy oportunas las palabras de la maestra Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del Banco de México, durante su comparecencia ante la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado de la República, en donde anticipó un crecimiento del PIB para 2024 de entre 2.2 y 3.4 por ciento, con una estimación central de 2.8 por ciento.
Esta proyección -dijo- contempla que en los próximos trimestres el consumo siga creciendo y que el dinamismo de la inversión, tanto pública como privada, continúe contribuyendo al crecimiento de la economía nacional. En cambio, se prevé atonía en la demanda externa. Para 2025, se prevé un crecimiento de la economía de entre 0.7 y 2.3 por ciento, con un estimado puntual de 1.5 por ciento.
Esta previsión considera los esfuerzos de consolidación fiscal sobre la dinámica del gasto interno anticipados para ese año, en adición a un mejor desempeño de la demanda externa en relación a 2024.
Para ambos años se espera que el proceso de relocalización en marcha en algunas empresas, brinde cierto impulso a nuestra actividad económica. No obstante, se reconoce la incertidumbre con respecto a la magnitud y efectos de este fenómeno.
En relación con el panorama inflacionario, el avance en la desinflación a lo largo de 2023 y en lo que va de 2024 ha sido significativo; luego de alcanzar un máximo de 8.7 por ciento en agosto de 2022 y ubicarse en 7.82 por ciento en diciembre de 2022, la inflación general anual continúa bajando y se situó en 4.42 por ciento en marzo de este año.
A su vez, después de incrementos durante 24 meses consecutivos que llevaron a la inflación subyacente anual, alcanzaron un nivel de 8.51 por ciento en noviembre del 2022; ésta ha mostrado una trayectoria descendente.
En particular, este indicador mostró reducciones durante todo 2023, cerrando ese año en 5.09 por ciento. En marzo del 2024, la inflación subyacente anual registró un nivel de 4.55 por ciento. Por su parte, la inflación anual de los servicios fluctuó entre 5.15 y 5.71 por ciento, a lo largo de 2023; mientras que en marzo de 2024 exhibió un nivel de 5.37 por ciento.
Esta evolución puede explicarse considerando que los choques enfrentados desde la pandemia propiciaron aumentos importantes en los costos de producción de prácticamente todos los bienes y servicios. No obstante, a diferencia de las mercancías, la demanda por servicios estuvo deprimida al inicio de la pandemia ante la menor movilidad de la población; su recuperación tardó en materializarse.
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