* “Y la ética es el modo propio de vida de la persona humana. Querer algo absolutamente, pero quererlo en el tiempo y a través de todas las relatividades que el vivir en él implica. Se trata, pues, de incluir la vida social en la moral, de vivir éticamente en modo completo. Que la persona incluya en su área a la sociedad”
Gregorio Ortega Molina
Para la sociedad y en política los anhelos modifican superficialmente la expresión verbal y activa de su necesidad, porque siempre se busca lo mismo: ese bienestar general y compartido que, hace mucho, se escurre de entre nuestros dedos.
Lo cierto es que nos negamos a deponer nuestras actitudes y a abrirnos a las exigencias de las personas con las que convivimos. Lo verificable es que siempre, desde el ágora griega, los anhelos son los mismos, aunque buscados de diferente manera.
Regreso, como en cada ocasión -con nuevos ojos- a Persona y democracia, donde María Zambrano nos entrega un renovado optimismo en que sí, efectivamente, podemos lograrlo y consolidar un presente que nos confirme un futuro en el que pueda sonreírse sin temor. Escribió:
“El sacrificio del privilegio, del lujo máximo de vivir individualmente en beneficio de un Estado que conduce -a ese precio- a una sociedad futura, donde el individuo no tiene ya por qué estar en divergencia, ni en oposición con la sociedad, donde se sentirá en tal unidad como la parte de un todo o el miembro de un organismo. Y no sólo eso. Como es sábado, ha habido quien ha realizado ese sacrificio, llegando hasta acusarse a sí mismo de actos que no cometió, poniéndose la máscara que tal sacrifico requería…”.
¿Hace cuánto nuestros líderes sociales, los administradores públicos, quienes gobiernan a México, se colocaron las máscaras por ellos elegidas, con la absurda pretensión de engañarnos, cuando lo único que logran es esa perniciosa confrontación entre mexicanos, que se ha profundizado durante los últimos seis años?
Sí, hoy son propietarios de la máscara de la democracia, de la lucha contra la corrupción, del combate a la impunidad, pero son ellos los que pueden, o no, alterar lo consignado en las actas electorales, porque desconocemos cuáles y cuántas fueron las organizaciones nacionales e internacionales que participaron como observadoras en los comicios, lo que de alguna manera nos permite suponer que algunas de esas actas de casilla, y después las distritales, pudieron alterarse desde su origen. ¿Debemos regresar a 2006: voto por voto y casilla por casilla?
No lo considero necesario, María Zambrano lo propone de otra manera: “Y la ética es el modo propio de vida de la persona humana. Querer algo absolutamente, pero quererlo en el tiempo y a través de todas las relatividades que el vivir en él implica.
“Se trata, pues, de incluir la vida social en la moral, de vivir éticamente en modo completo. Que la persona incluya en su área a la sociedad”, nunca con la 4T, pues tiene más fobias que filias.
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@OrtegaGregorio