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- No Guarneros, no: Margarita
El enanito ese de dos metros y medio me quiso lastimar…
Cuauhtémoc Blanco
La oferta electoral de «Yo no te voy a robar» de Cuauhtémoc Blanco, quedó sólo en eso. Acusó al pasado —él ya lo es— de saquear las arcas municipales y estatales. «Estos personajes se robaron todo». Escupió para arriba.
A la venta millonaria de dependencias y la rehabilitación superficial de tres calles con dinero de origen incierto, se sumó el pago de 207 facturas de su gobierno a una empresa fantasma, con el nombre de un hombre discapacitado al que robaron su identidad.
Los 13 millones de pesos pagados por Tesorería no sirvieron para que Guillermo Cuenca, que se mueve en silla de ruedas, dejara de hacerlo entre el lodo de las cuatro paredes en obra negra y techo de lámina que es su casa. La red de corrupción no sólo se institucionalizó de 2015 a 2021, sino se profesionalizó, ascendiendo sus modos de operación.
Así lo cuenta el periodista Daniel Melchor para la organización no gubernamental Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad: «Al mismo tiempo, Guillermo es accionista de una empresa —Mantenimiento de obras y proyectos Cuenca S.A. de C.V.— que ganó más de 13 millones de pesos en contratos con el gobierno de Cuernavaca en 2018, cuando Cuauhtémoc Blanco era el alcalde de la capital de Morelos. Pero él nunca se enteró […] “No, pues imagínate, no viviría así”, dice Guillermo».
Guillermo tampoco conoce a sus presuntos socios, ni ha tenido tratos con las autoridades de Morelos. Luego del accidente por el que perdió sus piernas, ha buscado ayudas sociales. Sin embargo, el único organismo gubernamental a quien solicitó una ayuda fue el DIF de Puebla. Para obtenerla tuvo que entregar varios documentos: INE, CURP, comprobante de domicilio y papeles que acreditan su discapacidad.
—Hijos de su chingada madre, dirían en Tepito. Guillermo vendía elotes y quesadillas para sobrevivir, pero para el gobierno municipal de Cuernavaca y el Servicio de Administración Tributaria, Cuenca Cuatle era un empresario influyente y millonario. La red de corrupción municipal bajo dominio de José Manuel Sanz ganó en las urnas la Tesorería general del estado. Ya especializados, empezaba la orgía sexenal de caudales públicos…
letraschiquitas
El viernes 21 de junio, en la entrega El diputade LGTBIQ+ podría no serlo, apunté: «La notable ausencia de José Antonio Ortiz —el vicealmirante Guarneros— contrastó ayer con la sospechosa presencia de Mario Isaac Vargas —el capitán Santomé— en el Desayuno de Seguridad, toda vez que en Torre Morelos se apuesta doble contra sencillo que éste será el próximo jefe estatal de Policía». Aún es tiempo de retirarse del malsano juego de apostar***. Para la crónica corta de redes sociales Las manos de Cuauhtémoc en los bolsillos del viernes anterior, no pasó inadvertida la presencia de Guarneros, en la recepción a la presidenta Claudia Sheinbaum en la casa del general Lázaro Cárdenas de Palmira: «Pero [Cuauhtémoc Blanco] se hizo acompañar de su jefe de Policía […] que, de todas, no ha dado una sola en la disuasión del delito, con tantos miles de millones de pesos gastados»***. Ayer se confirmaron esas ansias del jefe de Policía de cero resultados, de permanecer en el cargo y disfrute de los privilegios, a través de un incondicional. «Yo tengo mi gallo» —Santomé—, dijo Guarneros sin medallas colgadas en seis años, pero con amplia sonrisa y desvergüenza. No tuvo que esperar mucho por la respuesta. La gobernadora Margarita González-Saravia: Sorry Mr. Guarneros, but no, thank you very much.