Muelle 1
Carlos Alberto Duayhe
Luego de 200 años de independencia México tendrá en la Presidencia de la República a la primera mujer al frente, lo cual es de admirarse y reconocerse porque hasta hace muy poco eso era impensable y por lo mismo despierta tantas expectativas para enmendar tantos entuertos y unir a la sociedad toda, que así se espera de ella, Claudia Sheinbaum Pardo.
La banda presidencial será entregada por el presidente Andrés Manuel López Obrador a la diputada Ifigenia Martínez, quien a su vez hará lo propio con la nueva mandataria en la ceremonia en la sede de San Lázaro ante el Congreso de la Unión el martes por la mañana.
Hay mandatarios extranjeros invitados y 34 titulares de organismos internacionales.
Hasta ahora 16 confirmados, entre ellos la esposa del ejecutivo federal de Estados Unidos, la doctora Jill Biden, lo cual es una señal positiva o hasta un respiro ante tantas diferencias últimas y las que se avecinan.
Lo que ha traído hasta convulsiones los últimos días es que el rey Felipe VI de España no fue convocado a tan significativa ceremonia y ha enrarecido más de lo imaginado las relaciones con la nación ibérica de la cual queramos o no tenemos descendencia más que directa.
Así que el presidente saliente de México solicitó de manera formal desde 2019 una disculpa pública al estado español por todos los atropellos cometidos durante la conquista y el virreinato de 300 años que culminaron precisamente con el movimiento de Independencia en 1810.
El caso es que seguimos con esa afrenta que no se quita con el señor Hernán Cortés, quien en nombre de su Reino e incluso de su religión hizo y deshizo más que a su antojo.
Recuerdo a un buen amigo que lo fue en su momento, ya fallecido, de origen vasco , quien a su llegada en aquellos tiempos del franquismo estaba sorprendido de tantas particularidades que iba, sorprendido, descubriendo en México, una de ellas en especial: el odio al referido Hernán.
Y más de las conversaciones que sostenían él y sus amigos con los interlocutores nacionales relativas a las desavenencias y hasta odio manifiesto con el susodicho otra vez Hernán –por cierto enterrado en el Hospital de Jesús, en la Ciudad de México- ¡luego de 500 años!
De ahí en fuera, Claudia Sheinbaum, con la banda puesta, luego de una transición presidencial de todo amor y paz con su próximo antecesor, entrará en una fase muy intensa para echar a andar soluciones en torno a la reforma judicial y restaurar las relaciones entre los poderes constitucionales; la guardia nacional; reforma electoral; reforma energética, educación, ciencia, tecnología y para que le seguimos.
Así que ha de entrar a restaurar una sociedad plural que aspira al desarrollo, a la justicia, al derecho y a la inevitable globalización.
De aquí en adelante, ahí se ven.
Y a la primera mujer presidente mucha suerte y trabajo de sobra.