El presidente ruso, Vladimir Putin, estaría dispuesto a discutir un acuerdo de alto al fuego en Ucrania con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, pero con condiciones claras. Según fuentes cercanas al Kremlin, Putin exige que Ucrania renuncie a sus aspiraciones de unirse a la OTAN y descarta hacer grandes concesiones territoriales.
Trump, quien ha prometido poner fin al conflicto rápidamente, regresa a la Casa Blanca en un momento en que Rusia controla una porción significativa de Ucrania, equivalente al tamaño del estado de Virginia. En este contexto, se han planteado posibilidades para congelar el conflicto a lo largo de las líneas del frente, con margen para negociar sobre las regiones orientales de Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Jersón.
Aunque Moscú considera que estas cuatro regiones son parte de Rusia y están bajo su protección nuclear, sus fuerzas controlan entre el 70% y el 80% del territorio. Además, Rusia podría estar dispuesta a retirarse de pequeñas áreas en las regiones de Járkov y Mikoláiv.
Putin ha manifestado que cualquier acuerdo debe reflejar la realidad sobre el terreno y ha expresado su preocupación por una tregua que permita a Occidente rearmar a Ucrania. “Si no hay neutralidad, es difícil imaginar la existencia de relaciones de buena vecindad entre Rusia y Ucrania,” declaró durante un debate.
Sin embargo, la reciente decisión del presidente saliente Joe Biden de permitir a Ucrania utilizar misiles estadounidenses ATACMS para atacar territorio ruso podría complicar cualquier acuerdo. Este ataque ha sido denunciado por Moscú como una escalada significativa en el conflicto.
El director de comunicaciones de Trump, Steven Cheung, afirmó que Trump es “la única persona que puede unir a ambas partes para negociar la paz.” A pesar de su voluntad de hablar directamente con Putin, no se han especificado detalles sobre cómo podría reconciliar las posiciones enfrentadas.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha dejado claro que su país no se detendrá hasta recuperar cada metro de su territorio, incluyendo Crimea, que fue anexada por Rusia en 2014. Sin embargo, altos generales estadounidenses han advertido que este objetivo es extremadamente ambicioso.
Putin ha establecido condiciones iniciales para un alto el fuego: Ucrania debe abandonar sus ambiciones hacia la OTAN y retirar sus tropas de las regiones reclamadas por Rusia. Aunque Moscú no permitirá el ingreso de Ucrania en la OTAN ni la presencia de tropas aliadas en su suelo, está abierta a discutir garantías de seguridad para Kyiv.
Expertos sugieren que un acuerdo rápido podría ser posible para congelar el conflicto, pero alcanzar un pacto duradero que aborde las preocupaciones tanto de Ucrania como de Rusia sería muy complicado. La situación actual refleja la complejidad del conflicto y las tensiones geopolíticas en juego.
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