¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Lucas 14:31-32
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Este razonamiento que hizo Jesucristo está en las Escrituras en donde retrata con precisión la nitidez del sentido común tan despreciado hoy en día. No se diga la enorme sabiduría que encierra esta sentencia que entre varios conceptos claves como son la planeación, la acción en marcha, el conocimiento basado en el análisis reflexivo, la corrección del rumbo, la propuesta de paz con emisarios; además, subraya el momento oportuno al expresar la condicionante: “cuando todavía está lejos…” Y el gobierno mexicano tuvo muchas oportunidades para arreglar las cosas a tiempo, con previsión y con voluntad hasta ahora incierta.
Porque las decisiones se toman inmersas en un sistema de oportunidades como saben muchos -incluso hasta los de la secta marxista- porque están concatenadas por lógica elemental, no hay que esperar a destiempo, cuando son pillados los que dirigen el país en una posición desventajosa e irreversible, porque lo que era negociación se convierte en subordinación.
Así perdió México más de la mitad de su territorio. Los gobernantes aquí, parece que se aferran al pensamiento mágico, al chamánico, y optan por arrogarse como autosuficientes con la endeble arma de la teoría del resentimiento como blasón y, renuncian a estudiar o discutir seriamente la realidad. Están imbuidos en la ciencia del lloriqueo latinoamericano como la que abrevaron de los escritos del sembrador de odio Eduardo Galeano o en los análisis del anti estadounidense, antijudío, antigeopolítico, anti sentido común, y anti todo, de ese médico echeverrista Alfredo Jalife. Se equivocaron, o más bien sus compromisos con los malos, los obligaron a equivocarse.
Ahora el gobierno tendrá que asumir los desvaríos del tirano que ya no sabe en donde esconderse. Le va a suceder igual que Carlos Salinas su némesis. Como mínimo, va acabar pidiendo protección a los cubanos, y tendrá que esperar a que lo echen fuera para acabar con los terroristas de la internacional negra. Y eso cuesta muchísima lana.
Son muchas las consecuencias que se desprenden del discurso inaugural de Donald Trump como presidente por segunda ocasión de los Estados Unidos de América. Por supuesto que impactan todas las ordenes ejecutivas ya en movimiento, obviamente son relevantes la de emergencia en la frontera y la designación de los cárteles como terroristas internacionales que atañen de inmediato a México.
Pero quisiera hacer notar que subyace el hecho que no solamente echarán fuera a los trabajadores indocumentados, lo que de suyo es abrumador, sino que Trump dijo que: “todas las entradas ilegales se detendrán inmediatamente y vamos a empezar un proceso de devolver millones y millones de delincuentes a los países de donde vinieron”, en seguida expresó: “Vamos a reinstaurar la política de permanecer en México”.
Eso de sumar al mecanismo de deportación el destino de los delincuentes -supuestamente los ilegales- es preocupante porque también hace referencia a sumar a los pandilleros que se han metido a Estados Unidos en los últimos años. Cobra mucha importancia la decisión unilateral de empaquetar en México, fuera del territorio estadounidense a los malandros que también serán desterrados. Hay que marcar en este contexto, la insistencia de parte de la nominada secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noam, de priorizar el plan “Quédate en México”, que discursivamente México rechaza, para algunos augura un panorama sombrío en la práctica, porque lo que opera para la burocracia mexicana es el lema virreinal – “acátese pero no se cumpla-“solo que esta vez de modo inverso: “no se acate, pero cúmplase”. Lo que es válido es que solo a los mexicanos expulsados tenga que recibir México, de ningún otro origen.
El problema es que documentadamente en los medios, durante todo el sexenio pasado Obrador, como su Secretaria de Gobernación Olga Sánchez y todo su aparato de poder, no solo externaron que era un “derecho” entrar y permanecer del modo que fuera a Estados Unidos, sino que alentaron esa migración desde países de Asia y África no limitados a Centroamérica como sucedía en el pasado.
Entonces quienes tienen el sartén por el mano hoy mismo pueden constatar que México, tolera y alienta un paso constante de masas descontroladas de todo el mundo, manejadas durante su traslado por nuestro país por medio del crimen organizado, que es el que tiene bajo su poder a los aspirantes a migrantes y a los empleados del gobierno comprados por la corrupción.
El problema se agrava porque del otro lado las comunidades de mexicano americanos van a ayudar a arrasar parejo, porque no van a diferenciar a los trabajadores ni su origen específico. Desde que llegó Trump la primera vez, querían que se deportaran a los criminales fuera de sus barrios.
Los trabajadores claro que son bienvenidos no solamente enviaron remesas para apoyar a sus familias y apuntalaron la economía de país; sino, además, aprendieron a trabajar en sistemas modernos y de toda índole que son los que tiene la nación vecina.
El problema es que no se ve al gobierno mexicano organizado para seleccionar a los que trabajan de manera correcta con los que se han identificado con la delincuencia, ya que muchos eran parte las redes del hampa de los cárteles aquí, operando allá. A esos hay que sumarles los de las bandas de origen extranjero que indiscriminadamente van a ser arrojados en el suelo mexicano.
La amenaza se catapulta porque no solo vamos a padecer el crimen insoportable dentro de México, sino que nos van a tirar la basura humana de los barrios que aterrorizan allá en las grandes ciudades. Primero van a invadir las fronteras y rápidamente irán a reforzar los ejércitos privados criminales de los cárteles.
Queda claro que el gobierno mexicano no tiene ninguna respuesta para que México de forma inmediata no se convierta en un paraíso de criminales, mucho peor de lo que ya es. No tienen una estrategia específica porque oficialmente no admite la realidad del hampa ni hacen diferencia entre trabajadores y bribones.
Si continúa la consigna de “abrazos no balazos” y no hay cambios sustanciales de políticas y de personas de parte del gobierno mexicano, el país se va a sumir en un inmenso “santuario” internacional, donde los sujetos más nefastos del mundo se concentren bajo la protección o complicidad de un anti estado de tipo criminal. Este año se puede perfilar para México algo espantoso en la historia de la humanidad.