* El “hubiera” no existe en asuntos de seguridad global y poder, lo que dejó de hacerse puede corregirse, nada ganarán con lamentarse los responsables del futuro inmediato de Ucrania. Desde ya, debe ser miembro de la Comunidad Europea e ingresar a la OTAN, porque -lo estamos atestiguando- el proceder de Putin y Trump de ninguna manera será terso, y dado el tiempo de guerra padecido por los ucranianos, la catástrofe se anticipa peor que la del bosque de Katyn, en Polonia
Gregorio Ortega Molina
Los mandatarios europeos debieran leer o releer El mundo de ayer, estas memorias de Stefan Zweig donde narra la anexión de Austria a Alemania; o a Winston Churchill, para recordar lo que debe hacerse cuando el mundo está en peligro.
Checoslovaquia y Polonia son ejemplos de lo que puede suceder con naciones supuestamente independientes, al perderse el apoyo internacional. Hoy que tenemos decenios en la globalización, lo que todavía sacude a Ucrania debió detenerse desde el inicio, pero queda la impresión que son los espíritus de Chamberlain y Daladier los que guían la “sabiduría” de los gobernantes de la Comunidad Europea, que debieron acoger a esa nación codiciada por el oso ruso, como Stalin codició a Polonia, y la historia narra lo que sucedió con el ejército de esa nación en cuanto se la repartieron alemanes y rusos. El bosque de Katyn todavía hiede a traición, abandono, muerte. Allí se prefigura el futuro de los sueños de Volodimir Zelenski y sus gobernados.
Lo que a fin de cuentas sea el porvenir inmediato de Ucrania es también del mundo. El intento de destruir Chernobyl por parte de Rusia para iniciar un catástrofe nuclear de impredecibles proporciones, debiera alertar la conciencia de los gobernantes de Europa, los que deben recordar el método nazi de Hitler para arrinconar a sus antecesores y obligarlos a ceder. En 1939 fueron socios Alemania y la Unión Soviética, hoy lo son Estados Unidos y Rusia. La historia es circular.
El “hubiera” no existe en asuntos de seguridad global y poder, lo que dejó de hacerse puede corregirse, nada ganarán con lamentarse los responsables del futuro inmediato de Ucrania. Desde ya, debe ser miembro de la Comunidad Europea e ingresar a la OTAN, porque -lo estamos atestiguando- el proceder de Putin y Trump de ninguna manera será terso, y dado el tiempo de guerra padecido por los ucranianos, la catástrofe se anticipa peor que la del bosque de Katyn, en Polonia.
La única que muestra claridad al hablar es Úrsula von der Leyen, y es deseable que los líderes políticos y económicos de Europa y del mundo la escuchen, para contener a tiempo una catástrofe de dimensiones incuantificables e inimaginables, porque las armas y la velocidad con la que los ejércitos pueden moverse, está a años luz de la blitzkrieg de los nazis en 1939, hasta ser contenidos por el desembarco y el invierno ruso.
Mañana ya es tarde.
www.gregorioortega.blog
@OrtegaGregorio