* Aunque quizá lo más grave anímicamente ante la propuesta de darnos una patria y crear una nación, ocurrió tras cinco lustros de Independencia, cuando México es mutilado por el Tratado de Guadalupe Hidalgo. El corte dista mucho de ser sólo físico, es moral, determina el carácter. Puede decirse que la Independencia puso en nuestras manos una nación deforme, achicada, de ahí que nos convirtamos en los ya merito
Gregorio Ortega Molina
Creo que estaremos de acuerdo en que el concepto de Patria convoca a la comunidad de intereses, al sentimiento de pertenencia a un proyecto común; además, proporciona la sensación de abrigo y protección.
¿Qué sucede cuando las instituciones de la República, la idea de democracia y la certeza de vivir en libertad se rompen? ¿Qué cuando se percibe, se constata y se siente que nunca hemos sido capaces de consolidar un proyecto de nación? Las consecuencias son variadas, pero quizá la principal radica en que la voluntad se quiebra y el carácter, el comportamiento, el deseo de superación, todo se mutila, disuelve en un reiterado despertar de pesadilla y confrontación cotidiana.
Lo anterior se desprende del ensayo y memoria póstumo, legado por Guillermo Tovar de Teresa; pero, además, abre la puerta para meditar en las características de nuestro carácter, comportamiento y aspiraciones, porque somos producto de dos conquistas y una mutilación o, si se encuentra una mejor explicación, de tres mutilaciones.
La conquista consolidada en 1521 tuvo dos vertientes, ambas feroces y de enorme peso: la armada, que de un tajo físico y mental nos trajo la simiente de esta nueva raza, estirpe, proyecto: el mestizaje. Por otro lado, la evangelización determinó la angustia que nos escuece por dentro desde entonces, pues resulta que las deidades, el mundo, la propuesta de un futuro distan mucho de estar fincadas en ídolos de piedra. Tras muchos años se consolidó en la imagen de Guadalupe, como lo indica Jacques Lafaye en su extraordinario ensayo.
Aunque quizá lo más grave anímicamente ante la propuesta da darnos una patria y crear una nación, ocurrió tras cinco lustros de Independencia, cuando México es mutilado por el Tratado de Guadalupe Hidalgo. El corte dista mucho de ser sólo físico, es moral, determina el carácter. Puede decirse que la Independencia puso en nuestras manos una nación deforme, achicada, de ahí que nos convirtamos en los ya merito.
Sostiene Tovar y de Teresa una verdad y hace un pronóstico que veo difícil de ser acertado: “El mexicano de finales del siglo XX le debe a los norteamericanos muchos de sus complejos de inferioridad. Por eso, en el futuro la degradación que los mexicanos actualmente sufren en Estados Unidos va a tener un costo muy elevado para el país vecino…”.
Tengo mis dudas, por la división interna, la confrontación propiciada y estimulada por la 4T hace más incierto el resultado de nuestro presente.
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