La abogacía independiente y decente de la República día con día tienen la obligación de estar dispuestos a reaccionar ante situaciones de sorpresa o corrupción. Porque lo sorprendente se encuentra en nuestro qué hacer cotidiano.
Cuando la abogacía de la Ciudad de México, se encontraba en espera de una investigación penal en contra de Ulises Lara López, por los muy variados casos de corrupción perpetrados en su gestión como Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, como el acontecido en la carpeta de investigación relacionada con la impunidad que le concedió a Guillermo Alejandro Sesma Suárez, abusador sexual de sus tres menores hijos. La probidad que debe de prevalecer en el entorno de procuración de justicia, una vez más se detuvo. Alejandro Gertz Manero lo impuso como Titular de la Fiscalía Federal en el Estado Libre y Soberano de Morelos, no importándole sus obscuros antecedentes.
Como consecuencia de lo expuesto, el Fiscal General de la República propiciador de este nombramiento, no merece una vez más, respeto alguno y, para ello hay que decir que el concepto de quien éstas líneas firma, deviene en el hecho de que en el argot político y delincuencial, la “clika” que efectuó ese nombramiento forma parte del entorno de ese sub grupo organizado dentro del ámbito de justicia que pretende seguir otorgando continuidad a los actos de corrupción, tan es así, que no se ha generado investigación alguna.
En el entorno de referencia, las “clikas” tienen y mantienen su propio código de comunicación y modo en el que operan sus actos de corrupción, formando parte de la estructura institucional de los órganos dedicados a –según ellos- procurar e impartir justicia.
En compendio: La “clika” de procuración de justicia es un grupúsculo de forajidos del derecho que se mantienen dentro de ese entorno y por ello, se convierten ipso facto en unos “Siervos de la Nación”.
Para conocimiento de mis gentiles lectores, “clika” es un apalabra que difícilmente encuentra su significado en obras de intelectualidad jurídica. En la jerga político delincuencial se utiliza como sinónimo de togados de “procuración” de justicia, los cuales interactúan entre sí y comparten intereses de corrupción similares, en lugar de verdaderamente procurar justicia y honrar con ello a las fiscalías.
Ese es el ambiente que por desgracia en México prevalece en las instituciones de procuración de justicia. Pero la realidad es que, a trancas y barrancas, con periodos de decepción y, otros de esperanza, se sigue soñando en que en las fiscalías de la República desaparezca la “clika o cloaca”, para bien de la justicia.
Actualmente en México, ni la historia y sus motivaciones, ni ninguna norma de decoro político o de justicia tienen una aplicación estricta, y por desgracia siguen teniendo vigencia en las designaciones como la efectuada por Alejandro Gertz Manero, de quién se ha escrito y dicho mucho.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal
del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C..