Fuera de todo
Denise Díaz Ricárdez
Al sureste de México se le presentan enormes oportunidades de crecimiento a través del corredor Transístmico, no únicamente por el transporte de mercancías diversas de Asia hacia el este de Estados Unidos y Europa –vía más corta- y viceversa, o la futura industrialización, sino por lo que puede hacerse en las exportaciones del sector agropecuario.
La conexión de los puertos entre Salina Cruz, Oaxaca, y Coatzacoalcos, Veracruz, abre puertas hacia un potencial crecimiento de exportaciones de alimentos hacia esos mercados, sobre todo a Asia.
El ejemplo lo da Brasil, ese enorme país que ocupa el segundo lugar en producción de ganado vacuno luego de Estados Unidos y entre los cinco primeros en cerdos y aves, lo cual le ha permitido a su gobierno sortear muchas de las turbulencias de los mercados y sostener un crecimiento equilibrado de su producto interno bruto.
De acuerdo con el Ministerio de Agricultura de Brasil la producción el año pasado fue de diez mil 910 millones de toneladas de carne bovina, de los cuales sólo a China envió tres mil 780 millones de toneladas, un crecimiento de 24.8 por ciento respecto a 2023. China se llevó un 46 % de las compras, su principal cliente.
Otros de sus clientes son Japón, Filipinas, Chile y México.
Expertos ganaderos de Brasil consideran que México tiene un gran potencial hacia esos mercados crecientes asiáticos, entre ellos Japón, Corea del Sur, Singapur., pues el clima del sureste es más que beneficioso para ganadería bovina, cerdo y pollo, para exportar al otro continente.
Ya ni se diga de los otros cultivos y ello implica seguir con los planes conjuntos del gobierno federal; los estatales de Yucatán, Quinta Roo, Chiapas, Veracruz y Oaxaca; así como universidades y empresas privadas.
El tiempo apremia y la inestabilidad de los mercados apunta hacia las nuevas opciones que se presentan a través del Corredor Transístmico de ferrocarril y carreteras entre ambos puertos.