El circo del Estado de Derecho propiciado por los aplaudidores de las erróneas políticas de Andrés Manuel López Obrador, mediante las cuales pretenden engrandecer los preceptos más adversos a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ha llegado a ser repugnante y despreciable.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación encontró bien pronto la colaboración crispante de la ministra Lenia Batres Guadarrama. La ministra plebe o servidora del pueblo. Llegó entre todas y todos a expresar conceptos constitucionales que, por su retorcimiento pretenden transformar al Derecho para convencer a México que es la non plus ultra, ministra y política a seguir.
Aquello de su “conocimiento fundado” por parte de su “cultura jurídica” pretende convencer a la abogacía independiente de la República de que se está cometiendo o cometerán un error quienes no coincidan con su manera de pensar y actuar.
Su figura, cultura, pensar y actuar, substituyen toda la cultura y solemnidad de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre la seriedad y ponderación que debe de sostener y contener el sitial muy elevado de ministro del Supremo Tribunal.
La tal impartidora de justicia sostiene que es digno y constitucional su actuar, como el resto del Derecho que dice saber a la perfección, y que por tanto no debe ser rechazada, ni reprobada por la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México; esta defensora del pueblo se convierte en defensora del mal gobierno de Andrés Manuel López Obrador, lo que la vuelve en una productora de actos que resultan ser un bochornoso espectáculo en la historia jurídica nacional.
Hasta algunos seguidores del segundo piso de la Cuarta Transformación de la Nación han repudiado los conceptos que en el pleno de nuestra Suprema Corte de Justicia ha expresado esa plebe ministra.
Con su finura jurídica habitual, el experto del Derecho Ricardo Franco Guzmán, habla de esa torpeza de quien razona los conceptos que mal expresa en el Máximo Tribunal de Justicia. Ese catedrático universitario refiere: “el comportamiento de esa señora carece de la idea elevada de lo que es y debe ser la aplicación del Derecho, solo se esfuerza en comportarse de acuerdo con la vulgaridad y desprecia todo acto de interpretación correcta de nuestro Pacto Federal, lo cual la convierte en una perversa y la rebaja ante la imagen que ella misma se ha creado en sus fantasías jurídicas”.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal
del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C..