No Pasa Nada
Por: Jesús Solano Lira
En Veracruz, a Morena le urge que los chamanes de Catemaco le hagan una buena limpia con gallina y perro negro a la gobernadora, Rocío Nahle García, a la que cuando no le llueve, le cae un diluvio.
De acuerdo con una encuesta de Demoscopia Digital, publicada por La Jornada, ándele ese diario que la hace de órgano oficial del gobierno, la morenista se ubica como la peor evaluada de los 32 gobernadores del país, con una puntuación de 39.9 por ciento.
Ese resultado, refleja un grave retroceso en la popularidad de la gobernadora de Veracruz, quien asumió el cargo en diciembre de 2024, aquí no aplica el No Pasa Nada, y hay alarma en Morena y en el círculo cercano de la mandataria estatal.
La zacatecana ya se dio cuenta que no es lo mismo ser borracho que cantinero, y su evaluación se da en el contexto de un clima de violencia extrema, desempleo, falta de acciones y una crisis política, luego que en las elecciones de junio pasado Morena perdió casi el 50 por ciento de las presidencias municipales.
Ante este panorama, la gobernadora sí o sí, tendrá que reestructurar su plan de gobierno, claro está, si cuenta con uno, ya sabe que a los morenistas la planeación no se les da; lo suyo, lo suyo, es repartir culpas y no asumir responsabilidades.
Para los observadores veracruzanos, es hora de que Morena asuma un compromiso, corrija errores y sume voluntades, ya que por su soberbia, prepotencia, indiferencia e indolencia está cavando su propia tumba.
Los grillos del estado están convencidos que la falta de unión y las luchas intestinas en Morena, han ocasionado que la gobernadora vaya en caída libre, además de sus lamentables declaraciones sobre la muerte de la maestra jubilada y taxista, Irma Hernández Cruz.
Y cómo olvidar está joya de la gobernadora Rocío Nahle, sobre esos lamentables hechos: “La maestra fue violentada y después de ser violentada sufrió un infarto. Les guste o no, o si hacen un escándalo, yo tengo que informar”, quiúboles no te calientes granizo.
Esa evaluación ha evidenciado la falta de oficio de los asesores y responsables de imagen de la gobernadora, y se comenta en los pasillos de Palacio de Gobierno que tampoco se deja ayudar por sus constantes desatinos y exabruptos.
Estar evaluada como la peor gobernadora del país, era, sin duda, algo ya se veía venir y que difícilmente, en el corto plazo, se corregirá aunque cuente con el apoyo de Palacio Nacional.
Rocío Nahle, al igual que los gobernadores de Baja California Sur, Sinaloa, Tamaulipas, Chiapas, Puebla, Tlaxcala, entre otros, solo siguen la narrativa y el guion que les dictan desde La Chingada, y poco o nada hacen por resolver los graves problemas que se viven en las entidades que gobiernan.
Los veracruzanos ya no creen en Rocío Nahle, y no perdonan la imposición de la zacatecana, ni tampoco olvidan los señalamientos por corrupción, enriquecimiento ilícito y conflicto de interés como secretaria de Energía durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
