Ricardo Del Muro / Austral
En una noche llena de nostalgia, según la narración de algunas crónicas periodísticas, el cantautor canadiense Paul Anka, una leyenda viviente de la música pop, se presentó (el martes 18 de noviembre) en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, mostrando a los incrédulos que, gracias a las baladas, existe la magia de la eterna juventud.
En los últimos años, Anka ha presentado su concierto “A Man and his Music” (Un hombre y su música) en varios países, donde acostumbra compartir con su público múltiples anécdotas relacionadas con sus canciones, como sucedió el pasado martes en que recordó a Juan Gabriel al interpretar My Home Town, un éxito de 1960 que en México se convirtió en la balada “Mi Pueblo”, cantada originalmente por César Costa y que años después, en 1996, volvería a grabarla en un dúo bilingüe con el Divo de Juárez.
Nacido el 30 de julio de 1941 en Ottawa, este músico alcanzó la fama internacional en 1957, cuando, con tan solo 16 años, lanzó el sencillo “Diana”, un tema que lo convirtió en el ídolo adolescente de la generación boomer y marcó el inicio de una carrera que ha durado más de 65 años, acumulando más de 30 canciones exitosas en el Top 40, superando las barreras generacionales y consolidándose como una leyenda.
Una historia que Paul Anka ha contado en muchísimas entrevistas de prensa es sobre la canción “My way” (A mi manera, en la versión en español) que revitalizó la carrera de Frank Sinatra en los años sesenta del siglo pasado y de paso engrandeció la propia, cuando ya había dejado de ser un ídolo juvenil.
Un día en un restaurante de Miami, Sinatra le confesó que estaba harto y que pensaba retirarse. “No podía creerlo – recordaría Paul -, así que de vuelta a Nueva York me senté a la una de la mañana delante de la máquina de escribir. Tenía esa canción que había hallado en Francia (Comme d´habitude, de Claude Francois) y trataba de adaptarla a mi estilo. Pensé en cómo Frank hablaría de su supuesto retiro y empecé una nueva letra en inglés: “Ahora que se acerca el final/ y afronto el último telón, bla, bla, bla…” La terminé esa noche y se la llevé a Don Costa a Las Vegas. A los dos meses me telefoneó y pagó el auricular a un altavoz: era My Way en la voz de Frank. Me eché a llorar”.
Esa canción en la voz de Frank Sinatra se convirtió en un clásico mundial y
logró que su autor, Claude Francois, fallecido en 1978 a los 39 años de edad, tuviera un destacado lugar en la historia de la música popular, pero también fue el mayor éxito por el que Paul Anka sigue vigente hasta la fecha.
La otra canción emblemática es “Diana” que fue grabada muchísimas veces y traducida a diferentes idiomas en 60 países entre 1957 y 1963. Los biógrafos de Paul Anka coinciden en que así comenzó su leyenda. La versión cantada por Anka vendió más de nueve millones de copias. Irving Feld, el dueño de la cadena de ventas discos en el Noroeste de Estados Unidos y quién financiaba la caravana de Rock & Roll llamada “Biggest Show of Stars” (El más grande espectáculo de las estrellas), reconoció que “Diana” había sido un gran éxito en la radio y por ello, contrato a Paul Anka para que se uniera al tour musical.
Al inicio de la gira, el 6 de septiembre de 1957, “Diana” estaba en la cumbre de las listas de éxitos del Billboard. Anka tendría cuatro canciones más que llegaron a estar dentro de las 20 canciones más populares en 1958, incluyendo los temas “It´s Time to Cry” (Es tiempo de llorar), que fue un éxito que alcanzó el puesto número 4 y (All Of a Sudden) My Heart Sings (Sin querer: Mi corazón canta), que llegó al número 15 cuando Anka tenía 17 años, convirtiéndose de esta manera en uno de los ídolos adolescentes más famosos a nivel mundial en los primeros años del rocanrol.
Sus baladas, traducidas al español, fueron conocidas en México y en América Latina gracias a las interpretaciones de cantantes como César Costa, Enrique Guzmán, Angélica María, Alberto Vázquez, Los Cinco Latinos y muchos más, que forman parte de la generación de pioneros del rocanrol en nuestro país.
Hasta la fecha, Paul Anka se mantiene como una de las figuras más prolíficas y decisivas de la música popular. El cantautor canadiense ha construido un catálogo que supera las 900 composiciones, una producción que lo coloca entre los autores más fecundos del siglo XX y que ha trascendido generaciones, idiomas y géneros.
Desde su aparición en la escena música de finales de los años cincuenta, Paul Anka se convirtió en el baladista de los adolescentes con temas como “Lonely Boy”, “Put Your Head on My Shoulder”, “You Are My Destiny” y “Puppy Love”, que se convirtieron en himnos de la generación boomer.
En los años sesenta y setenta escribió piezas para algunos de los intérpretes más influyentes del mundo. Para Buddy Holly creó “It Doesn’t Matter Anymore”, uno de los últimos éxitos del músico texano antes de su muerte. Para Tom Jones compuso “She’s a Lady”, que se transformó en una marca distintiva del cantante galés. Además de su canción más conocida: “My Way”, interpretada por Frank Sinatra.
En 1998 presentó “A Body of Work”, un álbum que incluía nuevas canciones y versiones, interpretadas cmo solista o a dúo con artistas como Céline Dion y Patti La Belle. Con los álbumes “Rock Swings” (2005) y “Classic Songs: My Way” (2007), Anka reinterpretó éxitos originalmente grabados otros artistas, desde “Time After Time” de Cyndi Lauper hasta “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana. La versatilidad de Anka quedó demostrada en 2009 con el éxito “This Is IT”, tema póstumo de Michael Jackson, del que Anka fue coautor. Esta canción se incluyó posteriormente en el álbum “Duets” (2013), en el que Anka cantó con artistas como Dolly Parton y Willie Nelson, Gloria Estefan, Willie Nelson y Michael Bublé, entre otros.
Tal parece que pasan los años y el legendario Paul Anka sigue vigente. Hace
seis años, en julio de 2019, se presentó en España, en el castillo de Peralda, y el periodista Miquel Jurado escribió en el diario El País: Si todavía hay quien cree en los milagros, los pactos con el diablo o cosas parecidas, debería haber acudido al concierto de Paul Anka para confirmar sus creencias. RDM




