• ¿Podrían mejorar las condiciones de vida las grandes mayorías?
• Las cuentas bancarias de los políticos y los ricos, por supuesto
¿Podrá mejorar esto? preguntó mi amigo Alfonso García, al mostrar la imagen que ilustra hoy esta columna.
Mucho dinero guardado en el Banco Central, en los bancos llamados de desarrollo con sede en la capital del imperio – Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano, y hasta en el sistema bancario comercial local, dinero que jineteado por los banqueros.
Y el ciudadano sólo requiere de unas cuantas monedas para comer hoy. Millones ni siquiera pueden preocuparse, ni planear, para lo futuro, ni para lo futuro inmediato. Qué bueno que no exista el futuro.
La respuesta del interlocutor de mi amigo no tardó en oírse: Pues lo único que crece exponencialmente, como la espuma, son las cuentas bancarias de los ricos y de los políticos.
“Supongo que esta caricatura (la que ilustra esta columna) se refiere a otro país; aquí en el nuestro ha bajado el índice de pobreza, según cifras oficiales. ¿O no es así?”, lanzó socarrón un tercero.
Y es que aquí en México, y en muchos otros países de lo que en aquellos años se llamaba Tercer Mundo, ahora vivimos en la pobreza generalizada. Aunque toda la vida hemos vivido entre ciclos económicos y políticas contracíclicas. Y ahora estamos viviendo en el ciclo de vacas flacas y maizales tristes.
Se supone que las políticas o programas anticíclicos serían para recomponer las cosas; para que la economía creciera, satisfaciera la demanda de empleos, y dejara un poco de dinero en la cartera de los trabajadores, para lo que pudiera ofrecerse.
Pero las subidas de la producción, de la comercialización, del consumo sólo han beneficiado a los dueños del dinero. Los trabajadores – benditos los que van muriendo por razones de la naturaleza, o también por las de las balas… – siguen igual o peor, aunque los economistas cepalinos digan que la pobreza ha aminorado.
En estas condiciones, señor Keynes. señor Samuelson, niños de Chicago, a quién le importa que los economistas de Hacienda vuelvan a aplicar el mismo programa anticíclico, un programa fallido, en el Paquete Económico para 2015, que actualmente los diputados dicen que están estudiando, analizando y van a debatir.
A quién carajo le importa, si todos los programas anticíclicos que se han aplicado en la historia han sido un fracaso. Y lo más idiota es repetir los errores, las equivocaciones, las estupideces.
Dicen estos economicistas que tienen que aplicar otra vez un programa anticíclico, en estos momentos de esta historia de angosturas en el pecho de millones, porque sólo unos cuantos pueden vivir a sus anchas
Un programa anticíclico consiste en aplicar una política fiscal y monetaria compensatoria para suavizar el ciclo económico, con superávit fiscales y subidas de los tipos de Interés, en las etapas de auge (que hace mucho que no vemos) y déficit fiscales y bajadas de tipos de Interés en las de depresión.
Las economías occidentales han experimentado en los últimos decenios unas fuertes tasas de crecimiento económico, pero esas fases de expansión se ven seguidas inexorablemente por fases de desaceleración (muy bajas tasas de crecimiento, como ocurre en la economía estadounidense desde el 2008 gracias a la irresponsabilidad de los banqueros y los políticos de la Fed), o incluso recesión (crecimiento negativo de la economía durante dos trimestres seguidos o más), para después pasar a una nueva recuperación y expansión económica. O sea, arranque y freno, como dijera el maestro David Ibarra Muñoz.
A lo largo de la historia, se ha visto que el Estado (palabra aplicada en este caso al gobierno) puede jugar un importante papel, estabilizando el ciclo; es decir, enfriando la economía en épocas expansivas (muchas veces inflacionarias) y animándola en fases recesivas; pero también sabemos que el Estado y sus políticas económicas pueden ser los desencadenantes de fuertes recesiones económicas. Y aquí estamos. En una recesión, no obstante que los amigos de Hacienda aseguren que la economía nacional se está calentando y que volverá a crecer a tasas de casi el 5 por ciento.
El gobierno, mediante la política anticíclica, o de estabilización, intentaría evitar que las variaciones de la tasa de crecimiento provoquen fuertes desequilibrios. Se trataría de evitar las recesiones largas, e intentar que la expansión fuese duradera y sostenida.
Asegura el señor Manlio Fabio Beltrones, líder de la mayoría priísta en la Cámara de Diputados, y el poder tras el trono, en el Senado, que el paquete económico para 2015, presentado al pleno de la Cámara de Diputados por el secretario de Hacienda, doctor Luis Videgaray, para su análisis y discusión en comisiones, y su aprobación, “prevé darle un impulso adicional al crecimiento y financiar los programas e inversiones que requieren las reformas transformadoras, con el fin de traducirse en beneficios claros para la población.”
También afirma que “es una buena noticia que estas reformas han (hayan, por favor) comenzado ya a rendir frutos. Por ejemplo, con la reforma financiera se están abriendo las llaves del crédito a bajo costo para los productores del campo, las pequeñas y medianas empresas y las familias que desean adquirir una vivienda.
“México está en una clara ruta hacia el crecimiento. La economía crece a una tasa anualizada de 4.2%; hay un repunte de variables clave como las exportaciones (8%) y un mayor dinamismo del sector de la construcción (3.5%) y de la industria automotriz (12%).”
“Estas tendencias favorables se deben apuntalar para que México logre crecer a todo su potencial. Por eso las reformas económicas que aprobó la Cámara de Diputados son tan relevantes, ya que brindarán al país una base sólida para el crecimiento sustentado en una mayor productividad y competitividad.”
“Se trata de un paquete económico de carácter contracíclico, que permitirá desplegar una fuerte inversión pública en el desarrollo de infraestructura y generar confianza en la conducción responsable de la economía y en el plan de gasto gubernamental del próximo año, objetivos que los diputados del PRI compartimos plenamente”
Bueno. ¡Si la lengua tuviera hueso!
Entre ciclos y políticas contracíclicas, te veas querido lector (querida lectora, para que no se me enojen los y las “defenders” de las mujeres).
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