DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Texcoco fue colapsado, los más de 300 mil habitantes de ese municipio vivieron las incomodidades de los eventos políticos.
Los priistas decidieron apostar por lo que parece ser la frase de campaña de su candidata y mostrar que es cierto, ella es valiente.
Por eso decidieron cerrar la precampaña y ungir a su ahora candidata en la tierra de la que surgió el grupo Texcoco que reúne a la abanderada de MORENA, Delfina Gómez Álvarez, además de Horacio Duarte e Higinio Martínez.
Los priistas mexiquenses realizaron un evento como los de antes, cuando el partido era casi imbatible y que en los actuales tiempos se puede considerar una proeza.
Miles de concurrentes acudieron a Texcoco para presenciar el cierre de precampaña de su ahora sí candidata al gobierno estatal, Alejandra (díganme Ale) del Moral Vela, evento que reforzó la alianza con panistas y perredistas.
A unos cinco kilómetros de ahí, la otra alianza, la de la favorita Delfina Gómez Álvarez, reunía también a miles de simpatizantes que confían en que ahora sí llegó el tiempo del Movimiento de Regeneración Nacional de quitar el emblemático estado de las manos del PRI que por más de noventa años ha gobernado esa entidad.
Del evento dominguero se hablará mucho, por tratarse de una estrategia priista (¿buena o mala?) de situarse en tiempo y forma en el principal reducto morenista, del que surgió el grupo que anhela conquistar la joya de la corona electoral estatal.
Los priistas apostaron para medir fuerzas con MORENA y todo parece indicar que les salió bien el evento que fue sumamente criticado por los opositores que querían enviar a la ahora candidata priista a su lugar de origen, Cuautitlán Izcalli.
El reto era enorme tomar la tierra de Delfina en los momentos mismos en que la alianza MORENA, PT, PVEM realizaban un evento similar y salir avante.
Los priistas lo hicieron y ese es un primer paso en el refrendo del gobierno estatal, aunque viene lo más difícil, convencer al electorado de que vote por ellos.
Por lo pronto, será hasta el tres de abril cuando inicien las campañas en forma. Por ahora es tiempo de reflexión, redefinición de estrategas, recalcular y ofertar atractivos que muevan a los votantes a sufragar por su candidata.
La precampaña de Alejandra no fue todo lo convincente que se esperaba y de una diferencia de 10 puntos en contra, los números escalaron hasta casi veinte que establecen algunas encuestas y sondeos.
Claro que las cosas no están definidas y remontar no es tan difícil, siempre y cuando se logren la unidad, principalmente, entre quienes conforman el cuarto de guerra y marcan la pauta de la campaña de la priista ya que existen marcadas diferencias y sobretodo que el gobernador del Mazo defina por donde va, si a entregar el estado, como hicieron varios de sus colegas y amigos o defenderá los intereses de su partido y de una candidata que él impulso y que ahora parece naufragar en aguas profundas.
Del otro lado, Delfina Gómez no deberá bajar la guardia, olvidarse de recelos, mostrarse como una candidata fuerte y refractaria a los golpes y guerra sucia que se proyecta en su contra y dejarse guiar por quienes saben de estrategias y de la conquista de votos.
Delfina, parece ser, iniciará el tres de abril con una ventaja todavía amplia que deberá mantener y con confiarse como hace seis años cuando esa diferencia se desvaneció en el momento menos oportuno.
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Los priistas sacaron del arcón de los recuerdos a los ex gobernadores mexiquenses Alfredo Baranda, Emilio Chuayffet, César Camacho, Arturo Montiel y Eruviel Ávila, para mostrarlos en el lado oriente del estado, al que poco caso se le hizo durante sus mandatos.
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