• De EU llega el apoyo para los grupos de Autodefensa
• Migrantes, dispuestos defender con todo sus municipios
En una entrega anterior se compartió que los cuadros de mando de los Grupos de Autodefensa en Michoacán – satanizados y desconocidos por el mundo oficial – eran o repatriados mexicanos o mexicanos ciudadanos de Estados Unidos. Ahora se aclaran más las cosas: michoacanos que viven del otro lado ayudan a michoacanos que se rifan la vida en la Tierra Caliente defendiendo a sus pueblos y comunidades de las agresiones de los Templarios.
Entonces, un reporte del Washington Post presentaba un reportaje con entrevistas de los personajes centrales de esas guardias comunitarias, integradas para suplir la inutilidad de los cuerpos policiacos ante las bandas del crimen organizado.
Ahora, un reporte del diario mexicano El Universal acaba de revelar que, desde hace un año, cientos de michoacanos, en su mayoría ilegales en Estados Unidos, apoyan financieramente a las Autodefensas, que dice el presidente Peña Nieto que no ha prohijado ni menos impulsado, pero que en honor a la verdad han parado en seco a las bandas criminales, lo que nunca logró ni logrará la fuerza pública.
“Voluntarios de la Comunidad” se denomina el grupo asentado en la californiano ciudad de San José, dedicado a apoyar a los Grupos de Autodefensas en la Tierra Caliente. Voluntarios colecta dinero en efectivo para “medicamentos y alimentos” en pueblos y ciudades de California y otras ciudades estadounidenses, desde que inició el movimiento en contra del cártel que domina la zona de la Tierra Caliente: Los Caballeros Templarios.
El migrante michoacano José Sandoval, destaca el diario de la capital mexicana, líder del grupo de apoyo en San José, informó que el movimiento ha realizado distintas colectas y vigilias en el país para reunir hasta 500 dólares por junta.
Un movimiento solidario con los michoacanos que viven en Michoacán y que han sido víctimas de la violencia criminal. El movimiento es impulsado por miles de mexicanos, que durante el último año han huido de la violencia que reina en sus municipios, y que están a la espera de que el gobierno estadounidense apruebe sus solicitudes de asilo.
Los miembros de “Voluntarios de la Comunidad” son familiares de integrantes de las autodefensas. Por cierto, Sandoval informó que parte del dinero de lo que recolectan sirvió para pagar los gastos médicos de José Manuel Mireles, uno de los dirigentes de las autodefensas en Michoacán. Mireles es médico.
Los paisanos, como los mexicanos les apodan a los migrantes que se van a los Estados Unidos, decidieron emprender acciones, como el financiamiento de los grupos de Autodefensa, porque las autoridades michoacanas y federales no respondieron nunca a sus llamados para que desplegaran fuerzas regulares y defendieran a los pueblos de Tierra Caliente frente a la acción de los Templarios.
Pero como sus llamadas de auxilio no surtieron ningún efecto, los migrantes decidieron emprender acciones. Realizar colectas en ciudades como Los Ángeles, San José, San Bernardino, entre otras: “En efectivo mandamos el dinero para que ellos – los Autodefensas – vayan y compren la comida y la medicina; hacemos estrategias por regiones para quien la necesita más en distintos momentos”.
Y no hay pero que valga. Los migrantes, los paisanos, seguirán apoyando a las Autodefensas con dinero en efectivo, pues su gente prefiere cuidar a sus familiares con sus propias manos. No tienen ni tantita confianza en los soldados del ejército, ni menos en los policías federales, y mucho menos en las policías estatal y municipales.
A los “Voluntarios de la Comunidad” nadie les quita el convencimiento de que el gobierno se colude con los criminales y, ante ello, la gente ya decidió cuidar a su familia y continuará haciéndolo, pues prefiere eso a morir descuartizados por las manos de los soldados de La Tuta. Al final del día, el gobierno mexicano tendrá que llegar a acuerdos con las Autodefensas, porque han sido más eficientes y efectivas que las policías. Po lo pronto, pararon en seco a los Caballeros. Y de ello hay pruebas.
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