DIARIO DE ANTHONY
6. 50 p.m. Faltaban solamente dos horas para que la tarde muriese en su totalidad. Era primavera, en Washington D. C. Y Anthony se encontraba en la cocina, ultimando los detalles de la comida que en un rato más le serviría a su padre Robert Mueller, cuando éste regresase de su oficina, situada dentro de aquel edificio que venía siendo el “F.B.I.”
Pasada una hora, Padre e Hijo ya habían almorzado puré de papá, pollo asado y pan francés. Ahora, sentados todavía en aquella mesa, de repente, mientras ambos bebían refresco de cola, una canción hermosísima comenzó a sonar en las bocinas de aquel reproductor de música, asentado sobre una mesa pequeña, junto a la pared de este cuarto.
Robert Mueller se veía guapísimo. Vestido con su camisa blanca, corbata roja y pantalón negro, no podía siquiera imaginar lo mucho que su hijo Anthony lo amaba y lo admiraba, aunque él se lo dijese ¡siempre y todos los días! “Dad. You´re my Idol and my Hero! I love you…”
La canción se llamaba “A GREAT MEMORY”, y lo cantaba “JOHN MICHAEL MONTGOMERY”.
Apenas escuchar las primeras notas de la canción, Padre e Hijo se miraron entre sí. El tiempo, de repente, pareció detenerse. Robert Mueller sabía lo muchísimo que le gustaba esta canción a su hijo Anthony. De hecho, ésta siempre había sido una de sus canciones favoritas y predilectas, que su joven hijo siempre había escuchado desde que era un niño.
Anthony, unos segundos antes, había entornado los ojos. Su padre, que lo había visto hacer eso, pareciendo adivinar sus pensamientos, le peguntó:
“¿BAILAMOS?”
Anthony, sonriéndole de manera un tanto tímida, asintió. Entonces su padre se levantó, y él también. Después, colocando sus manos en hombros y cinturas, los dos comenzaron a crear así una escena tan hermosa y eterna.
Al llegar a la primera parte del coro, Robert Mueller, que se movía lentamente junto a su hijo Anthony, no podía ocultar ahora su inmensa dicha y alegría, por estar bailando en estos precisos instantes de eternidad fugaz una canción tan hermosísima como ésta: “A GREAT MEMORY”.
‘Cause we’re not a sure thing
Too soon to tell if we’re the real thing
But this time it’s worth taking a chance
On you and me
But if doesn’t work out
Should you decide to walk out
Well that’s all right with me
‘Cause girl I know you’d be
A great memory
Y Anthony, ¡también sonreía! ¡Y de qué manera!
Mientras John Michael Montgomery seguía cantando su tan hermosísima canción, Padre e hijo no pararon de vivir, VIVIR Y VIVIR… la vida como jamás nunca nadie más la viviría jamás: CREANDO A CADA INSTANTE DE TIEMPO ESCENAS Y RECUERDOS ETERNOS COMO ESTE BAILE.
Era primavera en Washington D. C. Afuera, todo era bello y lleno de luz. Los árboles comenzaban a sacar hojas nuevas. Los pájaros, no paraban de cantar… Al igual que John Michael Montgomery…
La vida, ahora, ERA PERFECTA PARA ANTHONY S. SMART…
Porque él ahora al fin tenía a su lado TODO Y LO ÚNICO QUE SIEMRPE QUISO, DESEÓ Y NECESITÓ EN ESTE MUNDO: “EL AMOR Y CARIÑO DE SU PADRE ROBERT S. MUELLER…”
Anthony “Swan” Smart
Enero/17/2023