En ésta llamada Cuarta Transformación de la Nación, donde se han constituido varios conjuntos de poderes, reconocidos o no, tolerados o impuestos, no han faltado jueces y fiscales que con un fervor apostólico se dedican a defender a las fuerzas creadoras y reguladoras del neoliberalismo. Esas togas de indignidad sólo buscan encubrirse para obtener puestos de relevancia jurídica y política, casi por tiempo ilimitado; se consagran sin disimulo a actuar como auténticos propulsores del sistema que originó la inserción de la corrupción y marcó una mala política en nuestras instituciones de justicia, hasta el punto de considerase merecedores y merecedoras de medallas selectas por evitar con su incorrecto actuar se conozca el trasfondo de la corrupción y la narco-política.
Así, el tristemente célebre Alejandro Gertz Manero, Fiscal a modo del neoliberalismo y la Cuarta Transformación de la República, se ha convertido en un autentico defensor de la corrupción y la delincuencia, al que por supuesto nadie le puede enseñar como mejor proteger con sus omisiones a los infractores de la ley que pretendieron y aún pretenden destruir a nuestras instituciones republicanas.
De forma muy conmovedora, aunque no menos indigna, Alejandro Gertz Manero se ha dedicado a brindarle impunidad a muchos forajidos del derecho que laceran y debilitan las mas férreas instituciones de procuración e impartición de justicia con las que contaba México.
El referido e impactante problema jurídico político es, hoy por hoy, el tema de corrupción e inseguridad que día con día desluce a México. Las víctimas de todo ello con férrea entereza persiguen que se les obsequie una justicia plena a consecuencia de aberrantes delitos, que en su momento, fueron cometidos en perjuicio de sus intereses, patrimonios, personas, familias, afectos, posesiones y propiedades por los infractores de la ley, que forman parte de los cárteles delincuenciales.
Pues bien, en ésta Cuarta Transformación de la Nación, son múltiples víctimas que esperan ver el resplandor de la vetusta y enigmática figura a la que de manera incisiva la Fiscalía General de la República le ha dado el nombre de Justicia.
Múltiples togas honorables del entorno de procuración e impartición de justicia, se avergüenzan de los relatados asertos, que han permitido con evidente violación de nuestro Pacto Federal, eternizar la impunidad, investigaciones y pesquisas para encontrar la verdad.
Andrés Manuel López Obrador, no se percata, ni se quiere percatar que se encuentra en juego el prestigio de nuestro México, el dolor de nuestra Nación y la integridad de la Justicia, para él lo único que vale es el seguir excitando sus ambiciones políticas y aumentando sus pretensiones de poder, sin pensar en nuestra Nación y nuestra Justicia.
Es cuanto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal del
Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C..