FRANCISCO RODRÍGUEZ
Hace 250 años, un diplomático de la excelencia del marqués de Talleyrand, canciller de Napoleón, dijo una frase lapidaria: ”Hay una cosa más terrible que la calumnia: la verdad. La verdad es el mejor camuflaje, porque nadie la acepta”. Los escándalos verbales que han sido proferidos en los últimos días lo comprueban.
El economista estadounidense, Premio Nobel Paul Krugman, evidenció que el acuerdo con México que presumió Donald Trump como una victoria personal, no logró mucho para Estados Unidos y sólo fue otra bravata del presidente norteamericano.
“¡México ha acordado comenzar a comprar de forma inmediata grandes cantidades de productos agrícolas de nuestros grandes agricultores patriotas!”, dijo el paranoico. “Por lo que puedo decir, afirmó Krugman por su parte, el enfrentamiento con México ha finalizado, por ahora, más o menos como NAFTA / T-MEC…
… Trump sopló y resopló, los negocios de Estados Unidos lograron transmitir el mensaje de que una guerra comercial sería un desastre y básicamente, Trump cedió mientras fingía que ganaba”, remató el Nobel. Como lo hemos platicado, los rumbos de la campaña de Trump hacia la reelección cambiaron dramáticamente.
El presidente Donald Trump perdería las elecciones del 2020 contra Joe Biden, ex vicepresidente de Barack Obama, según el promedio de encuestas elaboradas en los últimos días. En conclusión demoscópica, Biden tendría 48.7 % de votos, mientras que Trump tendría 40.6%, una gran ventaja que incluye los votos duros de la desilusionada basura blanca.
La disputa migratoria con México, la guerrita comercial con su mayor acreedor, China, y las presiones para un impeachment dentro del Congreso de su país, evidencian la fragilidad del republicano. De acuerdo con The New York Times, 60 legisladores de ambos partidos buscan enjuiciar a Trump por la conexión soviética en su campaña. Iniciarían de inmediato el juicio político para echar de la Casa Blanca al impostor.
Los estadounidenses reaccionan frente a las jaladas de Trump
El sistema político norteamericano reaccionó desfavorablemente al anaranjado, cuando empezó a sacar cuentas de lo que costaría el chantaje comercial de los aranceles contra los productos mexicanos. Es imposible soslayar el hecho de que el intercambio actual entre los dos países suma más de 600 mil millones de dólares anuales.
Por ello, las principales empresas mercantiles estadounidenses han exigido a Trump retirar los aranceles de la guerra comercial con China, porque ya están afectando el empleo, las familias y la economía de Estados Unidos. Se ha formado una coalición empresarial, “Aranceles afectan al Interior del País” que defiende con bravura los intereses chinos.
En el caso mexicano los estadunidenses están contra la pared
En el caso mexicano, las cosas podrían complicarse cuando la diplomacia local exigiera el freno a la introducción de armas o simplemente revelara quiénes son los políticos estadounidenses que comandan el trasiego de los opiáceos mexicanos para ser distribuidos y consumidos de aquel lado.
O las oficinas de negocios retiraran las importaciones de productos agropecuarios provenientes de las regiones del Oeste Medio que favorecen las influencias de represión y senadores republicanos que promueven la reelección del republicano.
O los mexicanos tomaran decisiones cruciales: los del interior, de interrumpir los gruesos flujos turísticos hacia el gabacho que arrojan una cantidad impresionante de divisas, fortalecimiento de empresas y millones de empleos, y los del exterior, se organizarán y pararán las industrias de construcción y agropecuaria de aquel país.
La verdad es que en el caso mexicano los estadunidenses están materialmente contra la pared. Nuestro país no sólo es la joya de la hegemonía latinoamericana, sino la parte más importante de la supervivencia del gabacho. Así, como suena. Nunca han querido darse cuenta de que están en desventaja notoria.
Grandes inversiones rusas y chinas ya están aterrizando en México
En la actualidad, agredir a los mexicanos es agredirse a ellos mismos. Máxime cuando están puestas todas las condiciones objetivas para que nuestro país adopte con sensatez cambiar la dependencia norteamericana por una relación más estructurada con los agredidos asiáticos y europeos: Rusia y China.
Por ahora este planteamiento de geopolítica puede parecer de ciencia ficción, pero en las filas demócratas es sabida la realidad: inversiones multimillonarias rusas y chinas que están aterrizando en México en todas las áreas estratégicas de la industria y el comercio mexicano, que podrían cambiar el perfil estadounidense, de un imperio a una nación quebrada.
“EU sólo respeta a aquellos pueblos que se dan a respetar”: Brzezinski
La diplomacia norteamericana siempre se ha basado en la amenaza y el chantaje, desde que el mundo es mundo. Republicanos y demócratas han hecho valer sus razones en base a estos artilugios. Pero las amenazas y los chantajes tienen fecha de caducidad. Nada es para siempre. Menos en el terreno de la política internacional.
¿Por qué los Estados Unidos, sabiendo que existe una dependencia estructural entre las demografías y las estructuras económicas de nuestros pueblos no tratan con respeto a México?, preguntó hace algunos años Eduardo Roldán, estudiante mexicano de diplomacia al maestro Zbigniew Brzezinski, reputado halcón republicano.
La respuesta del consuegro de Henry Kissinger no tardó mucho, fue brutal y aleccionadora en grado sumo: “Los Estados Unidos, contestó Brzezinski, respetan sólo a aquellos pueblos que se dan a respetar”. Dejó literalmente el balón en nuestra cancha, el que fuera uno de los operadores del Golpe de Estado chileno a Salvador Allende.
EU: sociedad apática con candidatos viejitos y jóvenes en rehabilitación
Una estructura industrial que no alcanza a satisfacer su mercado interno de consumidores. Una estructura bélica de destrucción y arrase satelital de tierra es la única que puede hablar en su nombre. Su aparato guerrero es para triunfar desde la ventaja, jamás en el terreno del combate cuerpo a cuerpo.
Una clase política de viejitos, ocupando el lugar de los candidatos jóvenes en las competencias electorales, porque éstos se encuentran postrados en los resorts de rehabilitación por el enorme consumo juvenil de droga. Una población políticamente apática y desinformada, que puede ser cautivada por las mentiras de un candidato superfluo y banal como Trump. Eso son los Estados Unidos.
Tendremos que ser más congruentes con el mundo que nos tocó vivir
Y los mexicanos tendremos que aprender a darnos a respetar. Tendremos que ser más congruentes con el mundo que nos tocó vivir.
Ha llegado la hora de ejercer la moral política del nacionalismo. Las condiciones geoestratégicas están dadas. Posiblemente nunca más vuelva a presentarse la oportunidad de darnos a respetar en el mundo como un pueblo consciente y dueño de su destino.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, expresó el lunes 2 de abril más reciente su interés en mantener “una relación cercana y de respeto” con Estados Unidos al considerar que es importante para la prosperidad de los dos países, informó la Presidencia. Al recibir a legisladores de la Cámara de Representantes de ese país, AMLO sostuvo que “la relación bilateral es fundamental” y resulta importante redoblar los esfuerzos para fomentar el desarrollo económico. + + + Escribe José Carreño Figueras, experto en relaciones México – Estados Unidos: “La presión ejercida por Trump llevó al gobierno mexicano a acelerar el debut oficial de la Guardia Nacional y a buscar aliados externos para llevar adelante la iniciativa propuesta por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y apoyado por México para el desarrollo regional. Trump no incluyó mención alguna a la posibilidad de apoyar económicamente el programa. A cambio, obligado por las circunstancias políticas y económicas, el gobierno mexicano buscó acuerdos y posiblemente apoyo financiero de la Unión Europea, las Organizaciones de Naciones Unidas (ONU) y de Estados Americanos (OEA) en la búsqueda de soluciones a la migración que sale del Triángulo Norte de Centroamérica. El incremento de la vigilancia en la frontera de Guatemala –complementado desde el lado guatemalteco por elementos estadounidenses– no es para que Trump siga adelante con su propuesto muro en la frontera con México.”
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