CIUDAD DE MÉXICO, 28 de septiembre (Almomento.MX).- Le dicen The Boss. Las cuerdas de su guitarra hacen temblar el escenario; su voz vibra con el centro de la Tierra. Se llama Bruce. De su pluma y de su entraña surgió Dancing in the Dark. Su nombre completo es Bruce Frederick Joseph. Las mangas de la camisa remangadas; la guitarra se aferra a su cuello. Le decimos Bruce Springsteen.
A partir del 27 de septiembre, podremos encontrar en librerías la autobiografía de Bruce Springsteen. Su título es el mismo al de una de sus canciones: Born to run. En el intermedio del Superbowl de 2009, Springsteen se presentó junto con su E Street Band. Ese fue el acontecimiento que trazó la primera letra de su libro.
Nacido en Nueva Jersey, E.U.A., en 1949, Springsteen nos cuenta de sus pasos primerizos como músico. La explosión original (el “Big Bang” de su vida): haber visto a Elvis Presley en el show de Ed Sullivan. El Boss pertenece a esa generación de músicos de habla inglesa que escuchó y miró con fervor los movimientos plásticos de Presley. Narra sus apariciones en Asbury Park y los inicios de la celebridad de E Street Band.
En Born to run nos enteramos del germen de Darkness on the Edge of Town (1978) y de The River (1980), cuyo objeto es enfrentarse al rock & roll. Nebraska (1982) y Devils & Dust (2005) proponen un camino más folk.
A muchos músicos los conocemos exclusivamente por su música. Otros son más célebres por su personalidad que por su talento. Springsteen es una explosión; lo conocemos perfectamente bien por su música. Su figura, hasta ahora, era huidiza. Esto se repara con la publicación de sus memorias.
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