Con la presión económica que están sufriendo millones de personas en todos los países del mundo, en especial las que padece la clase media de occidente misma que está en extinción, los gobiernos del G7 de manera colectiva e individual imponen el control de precios a mercancías locales e internacionales como un “ave maría dame puntería”, encaminado a frenar la inflación galopante y la inminente recesión consecuente. Es decir que no solo en México los políticos hablan y tratan de aplicar un control de precios, es algo que desde Washington hasta Berlín y Bruselas están pensando y de una u otra forma aplicando.
Los causantes de esta crisis son, desde mi punto de vista, los propios que ahora quieren combatirla con medidas ineficientes, lo he dicho antes y lo reitero ahora, cinco de esos siete países (EUA, Alemania, Canadá, Francia y Reino Unido), se dedicaron a imprimir dinero a lo loco para repartirlo y al tiempo frenar la producción de bienes de todo tipo desde el 2020 y hasta inicios del 2022. De lo anterior ya hemos dado ejemplos por lo que no los repetiremos, pero ahora esos países que generaron está crisis se ven aterrados por la guerra de Rusia vs Ucrania y culpan a la misma de todo lo que está sucediendo. Es obvio que la guerra ha traído consecuencias económicas, pero muchas de las mismas consecuencias son producto de la política que se ha seguido para tratar de frenar esa guerra, por lo que nuevamente debemos ver a los mismos cinco países antes mencionados que le echan petróleo a la hoguera.
PETRO PRECIOS CONTROLADOS PROPONEN LA UE Y EL G7
Por un lado las potencias occidentales nos dicen que el libre mercado es la política de las democracias y de gobiernos que permiten la libre empresa y el libre flujo de mercancías. Pero ahora resulta que esas potencias dicen que hay que limitar la producción de petróleo y de gas natural en sus propios países como lo hizo EUA desde el 2021, causando inflación, mientras que proponen poner un límite artificial al precio al petróleo que se importa de otras fuentes como Rusia para combatir la guerra, es decir ellos ven una doble ventaja en limitar los precios del petróleo y del gas rusos al generar de manera artificial una disminución de los recursos monetarios a favor de Rusia y buscar reducir el precio de los energéticos que los europeos y norteamericanos pagan por los mismos, siendo esta medida un herramienta en el combate a la inflación más que una medida de combate a la guerra. Pero ¿no sería más fácil pedir a EUA que aumente su producción al menos a los niveles de autoconsumo? Con lo anterior EEUU no competiría en el mercado de la compra internacional de energéticos fósiles bajando la presión a los demás países.
La doble moral es evidente, la guerra de Rusia debe ser detenida pero esta guerra en realidad está siendo usada como pretexto por todos para adoptar medidas económicas que tratan de encubrir sus propias pifias cometidas previas y durante la guerra. La guerra también es un gran negocios de $50 mil millones de dólares para la poderosa industria militar de los EEUU quien había perdido el negocio de la guerra en Afganistán pero ya se recuperó.
A inicios de septiembre pasado, el G7 y la Unión Europea informaron que estaban por concluir un marco para imponer un tope o un descuento al precio del petróleo y gas rusos con la idea de que este fuese comprado pero a precios inferiores a los del mercado, es decir que por la guerra de Rusia los europeos y los norteamericanos se verían beneficiados al pagar un precio menor al comprar los energéticos del invasor. ¡Que cinismo! Así es, dicho mecanismo de control de precios daría a los clientes de EUA y de la UE un mecanismo para acceder al petróleo de Putin pero barato. Estas declaraciones fueron hechas por el propio sub secretario del tesoro de EUA Ben Harris el 9 de septiembre. Ellos tienen pensado iniciar esta limitante a partir del 5 de diciembre del 2022, pero para que este mecanismo sea efectivo deben contar con los dos mercados de consumo oriental más grandes que son China e India. Según el mismo funcionario norteamericano se busca que esos dos países participen al menos aceptando un 30% o 40% del descuento que Europa y EUA aplicarían, es decir que si EU y UE acuerdan descontar $10 dólares al precio de cada barril que venga de Rusia, se consideraría un éxito si China e India descuentan $3 o $4 dólares. Pero hasta el momento no se ve que China e India vayan a romper su alianza con Putin, pero esta será una prueba de fuego ya que dinero llama a dinero y China e India serían directamente beneficiadas por este pacto si es que deciden sumarse en detrimento de la OPEC y de Rusia.
¿OPEC VILLANA O CAUTA?
En julio pasado Biden en persona solicitó, casi le rogó a la OPEC aumentar su producción diaria de petróleo, pero por otro lado se dice que se aplicará una medida de control de precios en su perjuicio, al tiempo que se ha declarado una guerra en contra de los combustibles fósiles. No suena muy buena la diplomacia. A final de cuentas los países productores y exportadores de petróleo buscarán ganar más por sus mercancías y los consumidores tratarán de pagar menos. La pregunta es ¿Cómo lograr que ambos estén satisfechos? Para Biden el precio del petróleo en el 2022 es muy importante ya que en noviembre se renovará casi la totalidad del Congreso de ese país.
El pasado jueves la OPEC reaccionó de manera preventiva a este descuento decembrino de la UE y el G7 por lo que disminuyó su producción diaria en 2 millones de barriles de petróleo. La mayoría de las notas mundiales indicaron que dicha disminución era una bofetada a Biden quien hace un par de meses fue a rogarles el aumentar su producción para bajar la inflación que afecta a los EUA misma que como hemos dicho fue autogenerada más que provocada por el exterior.
Pero será que la OPEC desairó la petición de Biden o será que como lo indicamos antes, la organización reaccionó a la medida de control de precios propuesta por el G7 y por la EU que entraría en vigor en un par de meses para tratar de disminuir los mismos de manera artificial.
La Casa Blanca se quejó por el recorte de la OPEC acusando a la organización de países productores de petróleo por alinearse con Rusia al favorecer a Putin con el alza de precios. ¿Será? Insisto, Washington se olvida de que el G7 declaró la guerra a los combustibles fósiles en el 2021 y EUA ha bloqueado su propio desarrollo y aumento de producción. Más aun, como usted recordará en 2021 Washington aplicó presión a los bancos del mundo para que dejasen de financiar proyectos de energías fósiles incluso suspendió la construcción del oleoducto de Canadá a Texas y de Israel a Italia por lo que hoy está tratando de esconder la mano después de haber tirado la piedra.
Las medidas de control de precios en distintas mercancías desde los alimentos hasta los energéticos están siendo sugeridas o aplicadas en todo el mundo ya sea en gobiernos de izquierda o de derecha, pero como sabemos estas medidas nunca ha sido sostenibles y de hecho además de escasez también generan inflación posterior y mercados negros.
Nuestro país y nuestra economía, como la de muchos otros está en medio de una guerra y no me refiero a la de Ucrania, sino a una guerra económica en la que se juega el nuevo orden mundial. Una guerra que puede pasar el control mundial a China y que al mismo tiempo ha decidido acelerar la transición de energías fósiles a renovables todo en un triple salto mortal sin red de seguridad. El ejemplo de esto es Europa quien está viendo -padeciendo- por la decisión que tomó y ha estado aplicando durante los últimos 10 años al cerrar sus principales fuentes de energía para depender casi al 100% del petróleo y gas rusos, orientales y norteamericanos.
Nuestra economía está íntimamente ligada a la de EUA y por eso es que las decisiones malas o buenas que se tomen en Washington nos afectan de igual manera, por lo tanto debemos estar atentos a las mismas y como individuos, como empresas y como gobiernos para tomar con tiempo las medidas necesarias.